Bienestar emocional: ¿pueden nuestros hábitos moldear nuestro equilibrio interno?

05 septiembre 2023

En un mundo en constante transformación y repleto de desafíos, se vuelve crucial priorizar el bienestar emocional para afrontar con equilibrio los acontecimientos de la vida.

¿Qué acciones cotidianas podemos realizar para manejar mejor nuestros estados emocionales? ¿Hasta qué punto los hábitos que cultivamos tienen un impacto en nuestro bienestar interno?

En este artículo compartimos algunas prácticas que puedes incorporar en tu día a día para fortalecer tu resiliencia emocional de manera efectiva.

 

 

Sentir emociones no solo es inevitable, sino que es saludable y necesario para adaptarnos y evolucionar, pase lo que pase. Sin embargo, no siempre es sencillo manejar nuestros estados emocionales; en ocasiones, nos sobrepasan y sentimos que perdemos nuestro equilibrio interno.

A veces esperamos a momentos gloriosos o duros para tomar decisiones de cambio, sin embargo, actos sencillos que se transforman en hábitos pueden tener un impacto significativo.

 

Respetar y comunicar los estados emocionales

En lugar de negar, ignorar o esconder lo que sentimos, debemos permitirnos transitar y expresar nuestras emociones. Rechazarlas empeora nuestro bienestar interno y no favorece a la construcción de relaciones interpersonales saludables.

Es importante encontrar un equilibrio al exigir respeto sin culpar a los demás. Nuestras emociones son nuestra responsabilidad y pedir que las respeten es parte de nuestro respeto propio.

Cada interacción es un espejo de quiénes somos, de las áreas donde hemos crecido y de las que aún no hemos explorado. Por eso mismo, las relaciones con los demás son oportunidades para transformarnos.

 

«El espejo no puede reflejar nada si no hay algo frente a él. De la misma forma, los actos de una persona son el reflejo de su ser.»

David R. Hawkins

 

Ponerle nombre a cada emoción

Las tareas inacabadas pueden generar estrés y ansiedad, interrumpiendo la armonía de nuestra mente. Muchas de ellas tienen que ver con no desentrañar la emoción más profunda que se esconde tras lo que dejamos pendiente.

Es allí donde hay que ir y ponerle nombre, distinguirlas y diferenciarlas. A esta destreza se la denomina “granularidad emocional” y puede ser la ruta para ir a la raíz y transformar nuestra percepción sobre lo que genera la emoción.

Convertirla en un hábito ayudará a administrar nuestras responsabilidades y fomentar una sensación de empoderamiento y maestría sobre nuestro entorno.

 

Enlentecer el ritmo de vida

A menudo nos encontramos atrapados en una vorágine de tareas, responsabilidades y distracciones. En medio de este torbellino, la búsqueda de vivir plenamente se desdibuja y queda eclipsada por la urgencia.

¿Qué tal si dedicamos un poco más de tiempo que el habitual a acciones diarias como comer o ducharnos? Transformando actividades rutinarias en oportunidades para estar presente, conectamos con la presencia plena.

Este cambio en la perspectiva no solo calma nuestro ritmo externo, sino que nos da tiempo para escoger acciones que influyan en nuestro bienestar emocional. Al desacelerar, reafirmamos nuestra capacidad de elegir cómo vivir y nos convertimos en los maestros de nuestro tiempo.

 

«La atención plena significa ser consciente deliberadamente de tu estado interior y de tu entorno, en lugar de estar perdido en tus pensamientos.»

Ellen Langer

 

Respetar el descanso y el tiempo para nosotros mismos

Los momentos de descanso y de encuentro con uno mismo son esenciales para la autoindagación y la granularidad emocional. Asimismo, desconectar nos permite potenciar nuestra capacidad para abordar la vida con claridad y vitalidad.

 

Estar en el hacer descuidando el ser está ligado a nuestras creencias. Una de ellas es la que considera que estar siempre ocupado es sinónimo de ser productivo. Y que con ello se demuestra valía y éxito.

En la misma línea, se suele percibir que tomarse tiempo para descansar refleja debilidad o falta de dedicación.

Indagar en esto nos permite pausar y conectarnos más con nuestro interior. Reconocer las necesidades de descanso y cuidar de uno mismo son fundamentales para un bienestar emocional sostenible y una calidad de vida equilibrada.

 

“Cambie sus creencias y cambiará su realidad. Tome tiempo para descansar y nutrirse, y descubrirá nuevas perspectivas en su viaje.”

Wayne Dyer

Entrenar nuestra curiosidad

Explorar lo cotidiano con una perspectiva fresca y novedosa agudiza la percepción con la que juzgamos la vida y promueve un mayor reconocimiento de lo que nos rodea.

Al observar con este lente curioso, cultivamos un mayor aprecio por la belleza de lo simple y cotidiano, y nos sumergimos en la riqueza de cada momento presente.

Entrenar el interés por lo que nos rodea nutre el conocimiento y actúa como un catalizador para una vida más enriquecedora y significativa.

 

“Prefiero que mi mente se abra movida por la curiosidad a que se cierre movida por la convicción.”

Gerry Spence

 

Reír y jugar como cuando éramos niños

El juego y la risa agregan sabor a la vida adulta y son un recordatorio de nuestra humanidad. También nos ayudan a expresar nuestras emociones con más autenticidad.

Al sumergirnos en esta dimensión lúdica nos resultará más fácil desarmar estructuras mentales restrictivas, desarrollar una forma de pensar más adaptativa y, así, lograr soluciones creativas.

La risa, por su parte, libera tensiones acumuladas y restaura el equilibrio de la energía vital. Así, reír y jugar se convierten en una forma de resistir la monotonía y de “salir de la caja”.

 

 

Nuestros hábitos: vehículos para promover el bienestar emocional

Nuestras costumbres tienen un impacto significativo en nuestro equilibrio interno. Los patrones de pensamiento, comportamientos y reacciones que repetimos a lo largo del tiempo pueden influir en nuestras respuestas emocionales y en cómo gestionamos el estrés.

Cultivar hábitos positivos, como la autorreflexión, la observación consciente y la expresión emocional saludable, puede contribuir a moldear un estado emocional más equilibrado y mejorar nuestra calidad de vida en general.

 

 

El hábito de la autoindagación

La práctica de la autoindagación de forma habitual, —que implica cuestionar todo lo que creemos saber para inspirar nuevas formas de pensar, sentir y actuar—, es fundamental para el equilibrio interno. Nos impulsa a mantenernos en un estado de fluidez y evita que nos quedemos atrapados en posturas extremas que podrían afectar nuestra coherencia.

Al desafiar nuestras creencias arraigadas, abrimos la puerta hacia un mayor entendimiento y autenticidad, cultivando así un equilibrio deseado en nuestras vidas.

La autorreflexión nos mantiene en movimiento. Los hábitos explorados en este recorrido pueden actuar como guías y trazar una ruta hacia una vida consciente y plena.

Cada pequeña decisión que tomamos en nuestras acciones diarias nos acerca a ser los dueños, en lugar de ser esclavos, de nuestro estado emocional. De este modo, nos convertimos en los maestros de nuestra propia felicidad.

 

 

Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de Youtube:

En este podcast, Enric habla de cómo la autogestión emocional nos permite abordar los conflictos desde otra percepción.

 

En este vídeo, Enric Corbera explica cuál es la función de las emociones y cómo se relacionan con la percepción, es decir, con nuestra forma de entender el mundo. 

 

 

Si quieres conocer más acerca del método de la Bioneuroemoción y cómo aplicarlo, tanto personal como profesionalmente, para aumentar el bienestar emocional, síguenos en nuestras redes sociales: YouTube, Instagram, Facebook, Twitter y LinkedIn.

 

Comparte en los comentarios si te ha resultado interesante este artículo y compártelo a quien creas que le puede resultar útil esta información. ¡Gracias por tu interés!

Si te ha gustado, compártelo

Diplomado en Bioneuroemoción®

Escribe tu comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

© 2021 Enric Corbera Institute.

© Enric Corbera Institute.