Las relaciones de pareja son un espejo donde se reflejan nuestras luces y también nuestras sombras.
En este artículo recogemos cinco preguntas de seguidores que David Corbera y Sara Pallarès comentaron en el pódcast “Destellos de Sabiduría”, y que nos invitan a mirar hacia dentro para comprender qué hay detrás de algunos conflictos habituales en la vida en pareja.
¿Te atreves a mirarte en el espejo mientras revisas tus relaciones de pareja?
Ante esta primera consulta de un seguidor, Sara comienza aclarando algo fundamental: “El conflicto es inevitable. Se necesita el conflicto para llegar a nuevos entendimientos, a nuevas respuestas y evolucionar. Si no hay conflicto, nos quedamos dando vueltas sin avanzar”.
El problema no es discutir, sino qué sucede después. Si el resultado del conflicto es un mayor entendimiento, entonces la relación crece.
Pero cuando las discusiones son continuas y superficiales, hay que prestar atención. David advierte: “Eso a veces indica que no se está discutiendo sobre lo realmente importante. Hay un tema de fondo que no se toca y de ahí se produce un conflicto enquistado”.
La invitación no deja lugar a dudas: deja de temer al conflicto y pregúntate:
A menudo, no es tu pareja la que no te entiende, sino que eres tú quien aún no se alinea con lo que necesitas expresar realmente.
David invita a cuestionar la mirada puesta únicamente en el reloj: “El tiempo no es la clave, sino la calidad de la atención que das en ese tiempo.
Puedes pasar muchas horas con alguien y no estar realmente presente. Lo que construye el vínculo es la presencia consciente, no la cantidad de minutos compartidos”.
Sara añade que muchas veces esa falta de tiempo es una excusa: “Yo no me creo que uno realmente no pueda dedicar tiempo a algo tan vital como la pareja. Muchas veces es pánico al compromiso disfrazado de falta de tiempo”.
Lo que puede ayudarte a revisar tus creencias es preguntarte:
Como recuerda Sara, “el compromiso es una decisión y una decisión consciente se toma en un segundo”.
Ante este planteo de una seguidora, Sara trae a la memoria la certeza de nuestra finitud: “Vamos a morir. Y eso puede ser mucho antes de lo que imaginamos. Entonces, ¿vas a seguir perdiendo tiempo en una relación que no quieres?”.
Ella lo vivió de cerca con la muerte repentina de su padre y comprendió que aplazar decisiones es una trampa del miedo.
“No es suerte estar con la pareja adecuada. Antes tuve que romper muchos programas inconscientes heredados de las mujeres de mi familia que nunca se respetaron y nunca se atrevieron a dejar a un hombre”, reconoció.
David complementa con una mirada sistémica: “Muchas mujeres se quedan en relaciones infelices porque cargan el mandato de la madre: ‘no sueltes al hombre’. Y así repiten la herida del abandono que vivieron en su infancia”.
Si te reconoces en esta situación, pregúntate:
Soltar no siempre es perder: puede ser el mayor acto de amor propio y de liberación para ti mismo/a y para las generaciones futuras.
Este escenario es muy frecuente en las parejas y Sara responde con firmeza: “La pregunta clave es cómo es que le dais este espacio a tu suegra en vuestra relación. Para una pareja adulta, los criterios que deben priorizarse son los de los dos miembros, no los de terceros”.
David aporta un enfoque imprescindible para la autoindagación: “Cuando las fronteras entre la familia de origen y la pareja están debilitadas, aparecen los problemas. Si permites que tu madre o tu suegra interfieran, no se definen bien los roles y dejas de comportarte como pareja para volver a ser hijo”.
Tal vez debas plantearte:
Como dice Sara, “para gestionar esta situación, sí o sí, vas a tener que generar un conflicto, pero que la finalidad será constructiva y positiva”.
Esta confusión devela algo más profundo, David lo resume así: “La diferencia está en la frecuencia de los conflictos y en el nivel de autocrítica. Una relación tóxica es aquella donde se deposita siempre la culpa en el otro y no hay responsabilidad propia”.
Sara advierte contra las etiquetas rápidas: “No hay un manual universal. El mayor experto de tu vida eres tú. Tienes que observar si la relación te suma o te resta, si te hace sentir libre o si te merma”.
Nuevamente, puedes transformarlo en una oportunidad para la autoobservación e indagar:
La respuesta a estas preguntas puede marcar la diferencia entre crecer juntos o reconocer que es momento de partir.
En cada una de estas preguntas late la misma enseñanza: los conflictos de pareja no se resuelven señalando al otro, sino mirando hacia dentro.
El miedo al conflicto, la excusa del tiempo, el apego, las interferencias familiares o la confusión entre crisis y toxicidad son, en el fondo, espejos de nuestras propias incoherencias no resueltas.
Como recuerdan Sara y David, el conflicto puede ser el inicio de un nuevo entendimiento; la falta de tiempo, una excusa para no comprometerse; el apego, un mandato heredado; la influencia familiar, un síntoma de falta de límites y la toxicidad, una falta de responsabilidad compartida.
La invitación es clara: cuestionarnos con honestidad, atrevernos a escuchar lo que realmente sentimos y actuar en coherencia. Porque, como dice Sara, “morimos, y puede ser antes de lo que pensamos. No pierdas tu tiempo en algo que no suma a tu vida”.
Este artículo es solo una breve parte de la conversación entre David Corbera y Sara Pallarès -director académico y CEO, respectivamente, de Enric Corbera Institute- en el pódcast “Destellos de Sabiduría”. Puedes ver o escuchar el episodio completo “¿Estás en una relación tóxica o solo es un mal momento?”, aquí:
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