En cada etapa de la vida nos enfrentamos a desafíos que, lejos de ser meros obstáculos, pueden convertirse en oportunidades de transformación. Comprender el sufrimiento, asumir la responsabilidad personal y aprender a reconocer la sabiduría que hay detrás de nuestras experiencias dolorosas son claves que nos ayudan a vivir de un modo más consciente.
Sobre todo ello reflexionan David Corbera y Sara Pallarès junto al escritor y conferenciante Álex Rovira, en una charla que entrelaza vivencias, metáforas y aprendizajes.
En el encuentro, David plantea la importancia de reconocer cómo las circunstancias vitales marcan un punto de inflexión. Álex Rovira comparte que esa búsqueda estuvo presente desde niño:
—“Yo en realidad quería ser médico. Me interesaban muchas cosas: la psicología, la filosofía, la biología, la antropología. Pero lo que siempre me movió fue el deseo de comprender lo que no se ve. Desde muy pequeño me preguntaba: ‘¿Por qué sufrimos? ¿Por qué hay dolor?’. Esa vocación siempre estuvo ahí, aunque estudié Empresariales.
Con el tiempo comprendí que lo que me guiaba era la transformación, la transformación integral. Por eso creé la Escuela de Transformación Vital.”
La experiencia personal y profesional lo llevaron a profundizar en distintas corrientes terapéuticas y filosóficas, integrando en su camino la idea de que el cambio es externo, pero la transformación es siempre una elección interna.
Sara introduce la reflexión sobre la suerte, destacando que muchas veces se la entiende como algo externo. Álex responde desde su experiencia:
—“La vida no está para ponernos las cosas fáciles. La vida es difícil, está para desafiarte constantemente. Y ante esos desafíos, puedes situarte en la posición de la víctima o cultivar resiliencia, responsabilidad, propósito y generosidad. Como decía Shakespeare, ‘El azar repartirá las cartas, pero tú las jugarás.’
Decía el poeta persa Rumi que es por la herida por donde entra la luz, pero es por la herida por donde sale la luz. Entonces, la buena suerte es eso”.
Esta mirada implica aceptar que no todo se puede lograr, pero que siempre es posible elegir qué hacer con lo que sucede:
—“Lo que te permite irte construyendo como ser humano es el proceso de alquimización constante de las dificultades, de los duelos, de los procesos que vas a ir viviendo en la vida y creando las circunstancias para que, aquello que tú quieres, se pueda manifestar”, sostiene Rovira.
David retoma esta idea subrayando cómo, al cambiar de mirada, un obstáculo puede convertirse en oportunidad. Rovira completa esta reflexión de manera asertiva:
—“Si vas por el mundo culpando a los demás, vivirás en una amargura que te quemará por dentro. Pero lo que siempre puedes cambiar es tu narrativa, tu actitud, tu mentalidad.
No puedes cambiar lo que no te pertenece, ni siquiera a tu pareja o a tus hijos cuando ya tienen criterio propio. Lo que sí puedes es responsabilizarte de tu forma de vivir.”
La conversación avanza hacia la dificultad de aceptar las experiencias dolorosas. David observa cómo muchas personas se quedan atrapadas en el “¿Por qué a mí?”. Álex puntualiza:
—“Es una frenada. Muchas veces lleva a procesos de pensamiento circular que paralizan. Claro que hay que elaborar duelos o expresar la rabia, pero lo importante es avanzar.
Si no hay comprensión, hay repetición. Y esa comprensión no es intelectual, sino profunda, integradora. Cuando comprendes de verdad, puedes dejar ir lo que ya no necesitas y fluir mucho mejor con la vida.”
Sara plantea que, incluso después de haber tenido momentos de revelación, muchas personas bloquean la transformación. Rovira lo explica así:
—“Si sostienes algo que te perjudica, es porque hay un beneficio psicológico, aunque sea negativo. Puede que creas haber comprendido, pero si no lo has integrado, vuelves a caer en el mismo patrón. Por eso es clave identificar a qué beneficio no quieres renunciar.
La transformación exige coraje: el primer poder es el coraje. Sin él no puedes enfrentar tu sombra, tus miedos o tus falsedades. El cambio puede ser una imposición, pero la transformación es siempre una elección.”
David y Sara plantean el dilema del exceso de bondad. Álex lo desarrolla distinguiendo entre dos maneras de relacionarse:
—“Bondad buena: hago el bien sin hacerme mal. Bondad mala: hago el bien y me hago mal. ¿Por qué hacemos la bondad mala? No porque seamos buenos, sino porque queremos que nos quieran.
Detrás de esa aparente entrega hay un ego que busca aprobación. Y ese precio puede ser muy alto.”
En este punto, Rovira comparte su propia experiencia personal:
—“La enfermedad es el mensaje de tu consciencia no condicionada para gritarte aquello que no eres capaz de percibir con tu mente. En mi caso, un cáncer de piel tuvo que ver con la bondad mala, con sostener lo que no me correspondía sostener.
El síntoma es el lenguaje que utiliza el inconsciente para que veas aquello que no estás expresando. ¿Qué estás cargando? ¿Qué no estás diciendo?”
Con el relato de sus vivencias, Álex expone una clave fundamental: aprender a decir no.
—“La gran lección es simple: no hace falta justificar, basta con decir ‘no’. Cuando sales del rol de Salvador y dejas de sostener lo que no te corresponde, el entorno presiona para que vuelvas al juego.
Pero al salirte obligas a los demás a empoderarse y asumir sus funciones. Es un proceso de liberación, aunque suponga un tiempo de reconfiguración en las relaciones.”
Álex Rovira señala que cada decisión implica una renuncia y que aceptar ese precio es esencial:
—“La pregunta importante es: ¿qué es lo que tengo que aceptar? Una vez asumes que todo tiene un precio, puedes liberarte del peso de la vida.
Cuando encuentras amor propio, dejas de estar en función del reconocimiento externo. Y ahí ganas mucha libertad.”
A lo largo de la conversación en Destellos de Sabiduría se reitera un mensaje esencial: la vida está hecha de desafíos que pueden convertirse en aprendizajes si somos capaces de mirarlos de frente. Como concluye Álex Rovira:
—“Aunque nada cambie, si tú cambias, todo cambia. Lo más importante no es lograr lo que quieres, sino el camino hacia ello. Porque lo que siempre tendrás es lo que has aprendido en el proceso.”
Su invitación es clara: atravesar las experiencias con coraje, asumir la responsabilidad de la propia transformación y recordar que, en cada herida, hay una posibilidad de luz.
Este artículo es solo una breve parte de la conversación con Álex Rovira de David Corbera y Sara Pallarès -director académico y CEO, respectivamente, de Enric Corbera Institute- en el podcast “Destellos de Sabiduría”. Puedes ver o escuchar el episodio completo “¿Cómo ser «bueno» sin perder tu esencia?”, aquí:
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