Heredar el dolor, sanar en conciencia: el enfoque integrador del Dr. Goosen

07 agosto 2025

En un tiempo donde los síntomas se clasifican, las enfermedades se protocolizan y los tratamientos se automatizan, hay profesionales que deciden mirar más allá. El Dr. Goosen, médico especialista en medicina funcional, se formó en microbiología y parasitología clínica, pero tras una experiencia personal transformadora decidió cuestionar lo aprendido para buscar respuestas más profundas.

“Durante años ejercí como médico convencional y gestor hospitalario. Pero terminé enfermando por estrés. Me di cuenta de que, queriendo mejorar la salud de otros, había descuidado la mía”, reveló a David Corbera y Sara Pallarès en el pódcast Destellos de Sabiduría.

 

Comprender el cuerpo como un sistema

El camino de búsqueda del Dr. Goosen, boliviano radicado en España, comenzó cuando su hermana Gabi es diagnosticada con cáncer. Lo que en principio fue una invitación a estudiar nutrición, se convirtió en una travesía vital: “Ella me decía: ‘¿Qué tal si investigas más?’”.

Allí Sara plantea la paradoja que muchos pacientes viven: acudir a la medicina esperando respuestas que no llegan. ¿Y si no estamos mirando en la dirección correcta?

El Dr. Goosen responde desde su experiencia: “La medicina funcional busca el origen de la enfermedad, no solo la consecuencia. Cuando un cuerpo enferma, siempre hay una causa subyacente: estrés crónico, déficits nutricionales, falta de descanso, traumas no resueltos. No es una única cosa, sino un conjunto de factores que desequilibran al ser humano”.

David señala que este enfoque no debería ser alternativo, sino integrador. El doctor coincide: “No es excluir la medicina convencional, es complementarla. Si alguien se ha roto una pierna, hay que operar. Pero si un sistema está inflamado constantemente, no basta con antiinflamatorios. Hay que entender por qué está inflamado”.

 

Destellos dr. Goosen

 

Comida, hormonas, toxinas y traumas: los cuatro pilares de la salud

Al ser consultado por los fundamentos de su práctica, el Dr. Goosen lo resume con una frase que se repite como un mantra: “Comida, hormonas, toxinas y traumas”. Cada uno de estos pilares representa una dimensión interdependiente del bienestar.

“La comida es el primer paso. Es simple, accesible y produce cambios reales. Luego vienen las hormonas, que requieren más ajustes. Después, las toxinas, que nos obligan a observar nuestros hábitos. Y finalmente, los traumas, que muchas veces son la raíz invisible del malestar”.

Sara Pallarès reflexiona: ¿Y si detrás de una enfermedad crónica se esconde un trauma no atendido? El doctor lo confirma con claridad: “Cuando alguien no mejora con cambios físicos, es que hay un trauma. El cuerpo habla de aquello que la mente ha olvidado o negado”.

 

Sanar el trauma, abrir espacio a la verdad

El Dr. Goosen afirmó que, en consulta, observa patrones que se repiten. Pacientes que, tras modificar su dieta o suplementarse, mejoran parcialmente… pero se estancan. “En esos casos, siempre hay un trauma detrás. Lo que no se expresa, se somatiza”.

David Corbera pregunta cómo se aborda ese proceso.

“No se empieza por ahí. El cuerpo tiene que estar preparado. Si no hay un mínimo equilibrio físico, el trauma no puede salir a la luz. Primero ayudamos al cuerpo a fortalecerse. Y cuando aparece el trauma, se trabaja desde la escucha, no desde el juicio”, afirmó el especialista en medicina funcional.

 

Destellos

 

Epigenética: la herencia que se transmite sin palabras

Uno de los pasajes más impactantes de la conversación en Destellos de Sabiduría llega cuando se aborda el concepto de epigenética. ¿Podemos heredar no solo genes, sino también el dolor de nuestros ancestros?

El trauma no se transmite solo emocionalmente. Se inscribe en las células”, asevera el Dr. Goosen.

“Hay experimentos con ratones que lo demuestran: ante un estímulo asociado al dolor, la respuesta de estrés aumenta generación tras generación, incluso si nunca vivieron el trauma original. En humanos pasa igual: una madre que teme perder a su hijo sin razón aparente puede estar expresando un dolor ancestral, vivido por alguna mujer de su árbol”, afirma.

“No hay cuerpo sin historia”

Sara aporta una vivencia personal: “Mi padre murió de cáncer y nadie le habló del impacto del estrés emocional. Solo se trató la parte física. Hoy pienso que quizás ahí hubo una oportunidad que se perdió”.

El doctor asiente: “Esa desconexión entre cuerpo y emoción es muy común. El sistema nos enseña a ver el síntoma como algo aislado. Pero no hay cuerpo sin historia”.

 

Cuando el cuerpo reacciona sin lógica: pistas de un trauma transgeneracional

El Dr. Goosen relata un caso que ilustra con claridad cómo ciertas reacciones del cuerpo parecen no tener sentido aparente.

Una paciente desarrolla síntomas físicos tras el nacimiento de su hijo, pese a que el parto fue positivo y el niño nació sano. “El mayor miedo de esta madre era que su hijo muriera, pero no sabía por qué. No lo entendía”, relata.

Este tipo de reacciones sin una causa directa visible se abordan en Bioneuroemoción como una señal de que se ha activado un programa inconsciente, posiblemente vinculado a una experiencia no elaborada en la historia familiar.

Como explica el Dr. Goosen: “Lo que siente su cuerpo es que el niño puede morir. No es mental ni emocional. Es una asociación inconsciente que emerge desde su biología”.

David añade una reflexión clave: si no hay una explicación racional para la intensidad emocional de una experiencia, quizás no es solo nuestra. Quizás estamos expresando algo que no empezó con nosotros.

 

destellos

 

La medicina como experiencia integral

David lanza una reflexión sobre la responsabilidad del profesional de la salud. ¿Cómo recomendar algo que no se ha vivido?

“El médico tiene que pasar por el proceso. Yo tengo una regla: todo lo que recomiendo, me lo he tomado o practicado antes. No puedo guiar a otro si no he transitado ese camino. La medicina funcional no se aprende en libros. Se vive en el cuerpo”, explica el Dr. Goosen.

Sara coincide: “Cuando un médico habla desde la experiencia, tiene más autoridad que cualquier título”. Y añade: “Quizás no se trata de saberlo todo, sino de reconocer que no lo sabemos todo”.

 

Tiempo, atención y presencia: lo que el sistema no ofrece

Desde su rol de gestor hospitalario, el Dr. Goosen denuncia una realidad que conoce de cerca: “La productividad se impone a la calidad. A un médico se le asignan 5 o 10 minutos por paciente. En ese tiempo no hay espacio para indagar ni acompañar. El sistema no está diseñado para sanar, sino para producir”.

David señala que esta estructura también condiciona al profesional: “¿Cómo informarse o investigar si ni siquiera hay tiempo para escuchar?”.

“Para que el paciente sane, el médico también debe transformar su mirada”, sentencia el especialista en medicina funcional.

 

Sanar es volver a mirar: hacia una medicina con sentido

La conversación concluye con una idea transformadora: lo que llamamos medicina integradora no es algo nuevo, sino un regreso a lo esencial. Como afirma el Dr. Goosen: “Todo lo que necesitamos ya existe. Solo hay que volver a mirar con otros ojos. Sanar no es curar un órgano, es acompañar a una persona a reencontrarse con su verdad”.

Este diálogo de David y Sara con el Dr. Goosen no solo interpela al sistema sanitario. Nos invita a cada uno a mirar dentro, a dejar de ignorar lo que nuestro cuerpo grita, y a emprender un camino de salud que no se limite a sobrevivir, sino que nos acerque, cada vez más, a una vida con salud emocional plena.

 

 

Este artículo es solo una breve parte de la conversación de David Corbera y Sara Pallarès -director académico y CEO, respectivamente, de Enric Corbera Institute- con el Dr. Goosen en el podcast “Destellos de Sabiduría”. Puedes ver o escuchar el episodio completo “Heredamos traumas familiares: cómo afectan a tu salud”, aquí:

 

 

 

 

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Diplomado en Bioneuroemoción®

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