La percepción que tenemos del mundo y de nosotros mismos, es el resultado de un proceso cognitivo de selección e interpretación de los estímulos que recibimos a través de nuestros sistemas sensoriales.
Muchas veces creemos que lo que vemos acerca de un hecho concreto, es “la verdad”, y lo llamamos realidad. Sin embargo, no somos conscientes de que nuestra percepción está limitada por filtros que afectan la manera en que interpretamos al mundo en que vivimos.
¿Hasta qué punto somos creadores de nuestra realidad? Todo aquello que pensamos y opinamos influye en nuestra forma de percibir y, paradójicamente, lo refuerza. Albert Renkema nos explica cómo funciona este mecanismo y qué podemos hacer para salir del mismo.
En este vídeo, extraído del seminario «Relaciones familiares y salud emocional», Enric Corbera explica de qué forma tomar conciencia nos permite ver más allá de las historias que nos contamos. Comprendiendo que todo está interconectado y que, por tanto, las proyecciones que hacemos en los demás son el mejor regalo que tenemos para conocernos a nosotros mismos.
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“La percepción es una experiencia sensorial consciente que incluye la interpretación de las sensaciones que registran nuestros sentidos, dándoles un significado y organización” (Matlin, & Foley, 1996).
Para poder percibir, los sentidos registran todo lo que sucede en nuestro entorno. Cuando recibimos dicha información, esta es analizada, organizada e interpretada por nuestro cerebro.
Existen muchos factores que intervienen en el proceso de la percepción, entre ellos están la cultura, lo que nos enseñaron desde que éramos pequeños, nuestras propias experiencias siendo adultos, los valores y las expectativas personales.
Tomando en cuenta todo esto se puede decir que: “No vemos las cosas como son, sino que vemos las cosas como somos”.
Para nuestra supervivencia es fundamental interpretar cómo es el entorno que habitamos. Tener conciencia del mismo nos ayuda a saber cómo actuar dentro de él. Por lo mismo, el objetivo de seleccionar y organizar las sensaciones busca satisfacer las necesidades individuales y colectivas del ser humano.
«Entre lo que pienso, lo que quiero decir, lo que creo decir, lo que digo, lo que quieres oír, lo que oyes, lo que crees entender y lo que entiendes, existen nueve posibilidades de no entenderse».
Bernard Werber
Varios estudios realizados sobre la percepción manifiestan que el cerebro apenas utiliza el 5% de toda la información que llega a nuestros sentidos para conformar su realidad. De esta mínima parte, la atención selecciona solo el 10% de ese 5% de información percibida, lo cual nos deja solo un 0,5%. Este representa la máxima información consciente que podemos llegar a percibir en una situación determinada.
Realmente, tenemos acceso a una cantidad de información muy limitada que, además, filtramos. Y en base a esta reducidísima cantidad de información cada persona interpreta su vida, toma sus decisiones y actua.
Susana Martínez-Conde, es neurocientífica y directora del laboratorio de Neurociencia Visual del Instituto Barrow (Phoenix). Según esta coruñesa afincada en EEUU, los trucos de magia dependen de la capacidad de canalización de la atención de los espectadores de cada mago.
A partir de ahí, plantea que “el mayor misterio de la magia está en nuestro cerebro”. Es decir, nuestro cerebro procesa la información visual y construye la experiencia subjetiva a la que nosotros llamamos realidad. A Martínez-Conde le interesa el estudio de los trucos de magia porque afirma: “manipulan nuestra conciencia”.
¿Cómo pueden engañarnos con tanta facilidad los trucos de magia?
¿Sabes en qué se basan nuestras ilusiones de percepción?
¿En qué pueden influir estos factores en tu día a día?
Los trucos buscan romper la relación normal causa-efecto. Por ejemplo, si el mago toca el conejo con la varita y éste desaparece, el espectador cree que la causa de la desaparición es el toque con la varita.
Del mismo modo, en nuestra vida estamos siempre infiriendo relaciones de causa-efecto que bloquean nuestra capacidad de ver más allá de las interpretaciones que hacemos. Por ejemplo: “Mi madre no me abraza, por tanto no me quiere”, “Mi pareja no me ha dado un beso al llegar a casa, está enfadada conmigo”.
En ambos casos, tomo un estímulo concreto y le doy un significado sin tener en cuenta otros factores que están influyendo en cada situación. Por una parte, no sé lo que ha motivado a la otra persona y su intención. Por otra, estoy obviando mis propias creencias y aprendizajes acerca de lo que sucede, y ahí se encuentra la verdadera causa de lo que me genera conflicto.
La clave se encuentra en comprender cómo tenemos estructurada nuestra percepción predictivamente, y que no reaccionamos a lo que sucede, sino a nuestra interpretación y, por tanto, tenemos el poder de cambiarla.
Hasta hace poco se consideraba que la ilusión era un error de la percepción, pero estudios recientes demuestran que no son excepción sino regla. “La única realidad con la que convivimos de verdad es una simulación creada por nuestro cerebro que a veces coincide con lo real y a veces no”.
Más que percibir, generamos ilusiones ópticas, ya que reconocemos lo que vemos según la información que ya tenemos.
De hecho, existe un dato neuroanatómico muy significativo: las conexiones cerebrales que llevan información del cerebro a los ojos son mucho más numerosas y amplias que las conexiones de la retina y la pupila con el cerebro.
Es decir, en el proceso de nuestra percepción visual actúa más nuestro sistema de interpretación y reconocimiento que realmente nuestros órganos sensoriales. Así, lo que vemos proviene principalmente de nuestra mente.
Nuestras experiencias siempre vendrán determinadas por nuestra forma de ver y entender la vida, por nuestras creencias y las creencias de nuestro sistema familiar.
Para poder ver la realidad que nos rodea es fundamental, necesario y obligado tomar conciencia de nuestros procesos cognoscitivos y los filtros a través de los cuales percibimos.
Confiar y tomar por buena nuestra percepción es una forma de engañarnos que nos mantiene atados a bucles de comportamiento y nos impide evolucionar y cambiar nuestra vida.
«Lo que vemos, oímos y sentimos se basa en lo que esperamos ver, oír y sentir».
Susana Martínez-Conde.
Hay una frase que dice “Razonar es buscar razones para seguir pensando lo que ya pensaba”. Todas las formas de ver el mundo son funcionales y adaptativas si propician nuestro bienestar, si no nos hacen ser felices cabría preguntarse ¿en qué me sigo engañando para no ser feliz?
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Comprender que aquello que vemos, nuestra percepción de una situación concreta, es apenas un pequeño fragmento de la realidad, es el primer paso para ampliar nuestra conciencia.
La Bioneuroemoción nos invita a “reconocernos”, a ser los observadores de nuestras experiencias cotidianas, de aquello que nos agrada y desagrada, así como de nuestras relaciones. Observar sin juicio nos permite aprender de nuestras vivencias y transformar nuestra mirada a través de la comprensión y la compasión, para con los demás y con nosotros mismos.
La modificación de nuestra percepción nos lleva a experimentar un mundo distinto, no porque fuera cambien las cosas, sino porque tenemos una nueva interpretación de los hechos.
Si transformas tu manera de observar las situaciones, también cambiará cómo te sientes y tu manera de actuar, o de conducirte en el mundo, ya que surgirán posibilidades que antes no veías. Esto se reflejará en tu manera de comunicarte y de relacionarte.
Como conclusión, es importante tener en cuenta que “nuestra percepción determina el mundo que queremos ver y cómo lo queremos experimentar”. Ser conscientes de esto nos abre las puertas a construir y accionar coherentemente con la vida que queremos vivir.
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© Enric Corbera Institute.
Soy como aquel que hace parte del mito de la caverna de platon, por eso he decidido cuestionar todo con la actitud humilde de reconocer que no se, lo que no se y que es de mi interes aprender para saprender a interpretar a favor mio y de los involucrados. Gracias!!
ENRIC CORBERA A CAMBIADO MI VIDA ,PQ ME ENSEÑO A CONOCERME, A VER TODO DESDE UN LUGAR MARAVILLOSO ,ME ENCANTARIA AYUDAR A LAS PERSONAS COMOLO HACE EL Y SU EQUIPO, GRACIAS POR DARNOS ESTA POSIBILIDAD GRATIS DE CRECER,ME SALVARON LA VIDA ,ENRIC CORBERA ME SALVO LA VIDA ,ETERNO GRACIAS,
Buenísima la metáfora de la lombriz!! Así de entiende perfectamente, y qué gran verdad!!!!!
Gracias
siento ya a esta altura que mi vida fue una ilusión y que es necesaria la toma de consciencia.
son 5 trompadas al Ego, cada vez que leo un articulo de Enric, no se si reir o llorar, pero que hace bien hace bien! Gracias Enric!!!