La capacidad de adaptación del ser humano es clave para evolucionar

13 abril 2023

Los seres humanos tenemos capacidad de adaptación a las situaciones que vivimos, a las relaciones que tenemos, a las circunstancias de nuestro entorno. Cada cambio y cada desafío que se nos presenta en la vida, es una invitación para aprender y evolucionar.

¿Cómo podemos aprovechar esta capacidad?

 

La capacidad de adaptación y el aprendizaje

En la historia de la humanidad vemos cómo el hombre fue cambiando su aspecto físico y su comportamiento de manera significativa para adaptarse a los nuevos desafíos que le ofrecía su entorno. Desde la inestabilidad climática hasta los factores socioculturales, actualmente el ser humano necesita ser flexible para poder aprender y desarrollar su capacidad de adaptación al cambio.

El pensamiento flexible es muy importante a la hora de aprender y responder favorablemente al cambio, sin él no tendríamos la capacidad de adaptarnos a los vaivenes de la vida.

Para esto es necesario desaprender viejas formas, tanto de pensar como de actuar. Uno de los caminos más directos es cambiar nuestra percepción de los hechos, aunque esto suponga renunciar a viejas creencias y salir de la zona de confort.

 

«El cambio no solamente es necesario en la vida, es la vida en sí misma.»

Alvin Toffler

 

Capacidad de adaptación: ejemplos

La investigadora Anna Gislén, de la Universidad de Lund en Suecia, realizó un estudio sobre la perfecta visión bajo el agua de los niños de la tribu Moken, nómadas marinos que viven en un archipiélago del mar de Andamán, en la costa oeste de Tailandia. A la mayoría de las personas nos falta definición para ver claramente bajo el agua.

El fenómeno de la refracción impide una buena visión submarina. Los rayos de luz sufren una desviación al pasar de un medio a otro: somos capaces de enfocar perfectamente en el aire, pero no en otro medio. Por eso utilizamos gafas de bucear, para colocar aire entre el ojo y el agua.

Sin embargo, los niños Moken son capaces de sumergirse más de quince metros y distinguir perfectamente almejas, conchas y otros moluscos comestibles. Todos los días, cuando la marea sube, estos niños se lanzan al mar para conseguir alimento.

 

«Los humanos dependen más del aprendizaje para la supervivencia que otras especies. ¡No tenemos instintos que automáticamente nos encuentren comida y refugio!»

Bruce Lipton

 

¿Cómo desarrollar la capacidad de adaptación?

Para adaptarnos a cualquier cambio es preciso mantener una mentalidad abierta y aceptar la incertidumbre como algo que es parte de la vida.

Hacerlo nos permite percibir lo desconocido como una oportunidad de aprender. En lugar de preocuparnos, podemos enfocar nuestra energía y pensamientos en desarrollar nuevas habilidades que nos ayuden a responder ante dichas circunstancias.

Los mecanismos de adaptación pueden activarse de manera consciente, o de forma automática e inconsciente, como respuesta a los cambios y circunstancias que vivimos, y pueden verse reflejados tanto en nuestra biología como en nuestra psicología.

Un claro ejemplo lo vemos en las emociones, ya que nos permiten evaluar situaciones y eventos rápidamente y nos proporcionan información valiosa sobre cómo debemos responder.

Otro ejemplo, en este caso fisiológico, son las habilidades que desarrollan los niños de la tribu Moken, las cuales les ayudan a adaptarse a su medio ambiente y a las necesidades de su comunidad.

 

«La adaptación es una poderosa virtud humana, que nos permite superar cualquier obstáculo que se nos presente.»

Roger von Oech

 

Los niños Moken. Un ejemplo de adaptación al entorno

Los investigadores que observaron las habilidades de los niños Moken se preguntaban ¿Cómo han desarrollado la capacidad de ver con claridad bajo el agua? ¿Cómo lo hacen? Y es más, ¿esto puede ser aprendido?

Para responder esas preguntas Gislén viajó a los archipiélagos donde residen y realizó diversas pruebas con ellos: “Tenían que sumergirse bajo el agua y colocar la cabeza sobre un panel”.

Desde allí podían ver una tarjeta donde se presentaban líneas verticales u horizontales. Una vez que la habían mirado, debían regresar a la superficie para informar de la dirección de las líneas. Cada vez que se sumergían, las líneas eran más delgadas, haciendo su tarea más difícil.

Posteriormente, se estableció un grupo de referencia de niños suecos que fueron evaluados al aire libre en Suecia, imitando las condiciones encontradas en el sudeste asiático.

 

 

Al inicio los niños Moken tenían una visión submarina superior en comparación con los niños europeos, ya que pueden constreñir el tamaño de sus pupilas hasta el límite máximo registrado en humanos. Esta capacidad, conocida como acomodación de cristalino, les acerca a la visión de animales marinos como los delfines.

Sin embargo, observaron que ésto no se debe a una mejor sensibilidad al contraste en general. 

Demostraron que los niños europeos pueden lograr la misma agudeza visual bajo el agua que los niños Moken. Después de once sesiones de entrenamiento, seguidas de cuatro meses sin actividades submarinas, los niños suecos mostraron una mejora en su visión submarina y una constricción distintiva de la pupila. 

Y ocho meses después de la última sesión de entrenamiento, los niños europeos habían logrado igualar su visión submarina con la de los niños Moken. Este rendimiento demuestra que todos poseen la misma capacidad de adaptación dadas las condiciones adecuadas.

 

La capacidad de adaptación del ser humano y la Bioneuroemoción

Sin duda, esta es una prueba más de la capacidad del ser humano para adaptarse al medio. La Bioneuroemoción considera toda situación de dificultad como una oportunidad para la adaptación consciente y voluntaria.

Está en nosotros elegir cómo responder ante lo que nos sucede y eso dependerá, en gran medida, de la flexibilidad y disposición que tengamos de transformarnos.

 

La rigidez impide el cambio; en tanto, la flexibilidad permite la trascendencia y la superación como personas.

 

Del mismo modo que la agudeza visual y otras habilidades pueden mejorarse, nuestra manera de ver el mundo puede ampliarse y modificarse, siempre que estemos dispuestos a entrenar nuestra mente. 

La Bioneuroemoción propone la autoindagación como un hábito que nos permite modificar nuestra percepción y, en consecuencia, nuestros sentimientos, acciones y resultados. Es decir, nos ofrece estrategias para entrenar nuestra mente orientadas a ampliar nuestro estado de conciencia y transformar la manera en la que experimentamos la vida.

Todos tenemos la capacidad de transformar nuestra percepción y que esta afecte positivamente a nuestro bienestar y salud, comprendiendo que cada desafío que se nos presenta en el entorno es una invitación para aprender y evolucionar.

 

 

Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de Youtube:

 

Nuestra capacidad de adaptación, a veces se ve afectada por traumas que no superamos en algún momento de nuestra vida. En este podcast, David Corbera propone caminos para trascender las situaciones conflictivas que todavía hoy nos causan dolor.

 

En este video David Corbera nos transmite que lo importante en toda experiencia de vida es la persona en quien nos transformamos y los dones que desarrollamos en el proceso. Mientras más flexibles seamos, será más fácil adaptarnos a los cambios.

 

 

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Diplomado en Bioneuroemoción®

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