El impacto emocional del contacto piel con piel al nacer

20 mayo 2023

El crucial contacto piel con piel al nacer entre madre e hijo abre un mundo de posibilidades afectivas, físicas y emocionales para ese bebé.

La biología y la epigenética así lo corroboran y esta información puede aportar a un parto responsable. También suma a la comprensión sobre la huella que dejan las herencias emocionales.

¿Cuáles son los desafíos que presenta esta valiosa información?

 

Primer contacto vital entre la madre y el hijo

Lo primero que desea una madre tras el parto es conocer y abrazar a su bebé. Sin embargo, aún en la mayoría de los centros médicos hay protocolos que sistematizan la separación: después de nacer, al bebé lo limpian, lo pesan y lo miden.

En caso de que la salud del recién nacido corra riesgos, es colocado inmediatamente en una incubadora o recibe otros tratamientos. Todo esto, en general, separado de la madre.

 

La búsqueda instintiva del contacto piel con piel al nacer

La separación entre el recién nacido y la madre produce estrés por la pérdida de las sensaciones que regulan la homeostasis -capacidad del cuerpo de mantener una condición interna estable-.

Al contrario, el pronto contacto con la mamá crea un movimiento espontáneo de acercamiento a su pecho y genera un vínculo que resulta vital para el desarrollo del niño.

 

«Aquí es donde todo comienza. Todo comienza aquí, hoy»

David Nicholls

 

El impacto epigenético del contacto piel con piel al nacer

Durante el embarazo, el bebé tiene sensaciones de tacto y de movimiento, escucha los sonidos de la madre y reconoce su olor. En ese hábitat se siente seguro.

“El cuerpo de la madre es la mejor máquina jamás inventada, aporta nutrición, temperatura, glucosa, desarrollo cerebral, optimismo y salud con el mínimo coste”, afirma el Dr. Nils Bergman, especialista en neurociencia perinatal e investigador de la Universidad de Ciudad del Cabo.

Por eso mismo, “los mil primeros minutos de vida determinan la salud y el desarrollo para toda la existencia”, subraya.

 

 

La presencia de la madre afecta el ADN del recién nacido

Al nacer, el cerebro tiene dos necesidades: el olor y el contacto, son sus referencias para saber si está seguro. La ausencia de la madre después del parto es percibida como un peligro real para su supervivencia.

El contacto piel con piel y la lactancia materna es lo que nuestro ADN espera y si el bebé no lo recibe, el ADN se adapta a ese lugar inhóspito”, asegura Bergman.

Sus propias investigaciones en epigenética hacen referencia a las desarrolladas por el psiquiatra y neurocirujano canadiense Michael Meaney, que estudia los factores relacionados con el estrés, el cuidado maternal y la expresión de los genes.

“Las experiencias tempranas de la vida dan forma a la salud física y mental de un individuo a lo largo de la vida. No en vano, una crianza asociada a la adversidad puede producir efectos perjudiciales para la salud. […] Los efectos de la adversidad están mediados por las interacciones entre una madre y su cría”, explica Meaney.

 

 

Contacto piel con piel: El cerebro responde a la experiencia que vive el bebé

En el momento de nacer el cerebro hace conexiones en función de las sensaciones que experimenta el bebé y ellas marcan su desarrollo posterior.

“Si el cerebro del bebé percibe que este mundo es un lugar difícil, en lugar del circuito de la oxitocina conecta con el del cortisol”, explica Bergman. Es decir, la diferencia entre activar la oxitocina o el cortisol tiene relación directa con la sensación de seguridad que siente el bebé.

Si el bebé no se siente seguro “acelera otros circuitos, eleva el estrés, la presión y el cerebro y el cuerpo experimentan un desgaste que afecta a la duración de la vida”, explica el investigador.

 

«La niñez es el corazón de todas las edades»

Lucian Blaga

 

La madre: la mejor “máquina” que existe

Bergman lo confirma desde su experiencia: “Trabajando como médico en la misión de Zimbabue, donde no tenían incubadoras, ponía a los prematuros directamente sobre el cuerpo de la madre y observé que sobrevivían más y mejor que en incubadoras”.

Si bien, desde el momento de nacer, físicamente el cuerpo del bebé comienza a funcionar separado del cuerpo de la madre, mantiene la fusión emocional con ella.

 

«Me basta estar seguro de que tú y yo existimos en este momento»

Gabriel García Márquez

 

El aporte de la Bioneuroemoción

Comprender esta fusión madre-hijo es reconocer que el niño o la niña expresan las sensaciones de la madre, tanto si son de miedo, de tristeza o de alegría y felicidad.

Con ella tomamos sus memorias emocionales y sus experiencias en el ambiente emocional en el que se encuentra.

Estas vivencias tempranas nos afectan toda la vida, no obstante, las podemos transformar cuando tomamos conciencia. Es nuestra responsabilidad y nuestra gran oportunidad de ser los artesanos de nuestra propia vida.

 

«La vida se trata de aceptar los desafíos en el camino, elegir seguir adelante y saborear el viaje»

Roy T. Bennett

 

 

Comprender el impacto de lo vivido para transformarnos

Todas las experiencias que vivimos se convierten en información que queda grabada en nuestro inconsciente. Por eso, desde la Bioneuroemoción proponemos enfocar nuestra atención en escuchar a nuestra biología, observar las huellas que dejaron las experiencias de la infancia y generar una nueva comprensión.

La buena noticia viene de

Con la madurez emocional que podemos desarrollar en la edad adulta, tenemos la posibilidad de cambiar nuestra percepción sobre lo vivido y darle un sentido constructivo.

Hayamos tenido contacto piel con piel con mamá al momento de nacer o no, o con nuestros hijos apenas nacieron, podemos confiar en nuestros propios recursos para ser los artífices de nuestro propio recorrido.

 

Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de Youtube:

 

Enric y David Corbera analizan en este podcast la relación que establecemos con nuestros padres ya que determina en gran medida el tipo de adultos que somos.  ¿De qué partes de ti mismo/a sigues responsabilizando a tus padres?

 

La función parental sólo tiene un objetivo real a largo plazo: crear adultos libres, capaces y autónomos. Los desafíos para asumir este rol son abordados por Enric Corbera en este vídeo.

 

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Diplomado en Bioneuroemoción®

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