Dependencia emocional: qué es y cómo superarla

06 julio 2022

En este artículo te explicaremos qué es la dependencia emocional y la codependencia, y descubrirás cómo superar la dependencia afectiva.

¿Qué esperas de los demás? Nos juzgamos a nosotros mismos porque pensamos que tenemos muchas carencias. Nos sentimos culpables por eso y buscamos a quienes puedan llenar nuestro vacío. En este podcast, Enric Corbera profundiza sobre la dependencia emocional.

 

En este vídeo, descubrirás qué es la codependencia emocional, cómo usarla para crecer y cómo evitar la necesidad de depender de otros para desarrollarte.

 

La dependencia emocional: buscando respuestas fuera de nosotros

Imaginemos un bebé que se cae aparatosamente al suelo, ¿qué es lo que hace inmediatamente después? Mira a su alrededor buscando una figura de referencia en la que basarse para desarrollar su respuesta emocional

Si ve a su madre asustada seguramente empiece a llorar. En cambio, si ve un rostro relajado que no le da mayor importancia, es probable que no le genere un gran estrés la caída, se levante y simplemente siga jugando.

Aunque pueda parecer una respuesta fruto de la falta de maduración psicológica propia de esas etapas del desarrollo, lo cierto es que todos seguimos mirando a nuestro alrededor de alguna forma buscando una pista de cómo «debemos» reaccionar emocionalmente ante lo que nos sucede.

 

dependencia emocional lluvia

 

Aprendemos a sentirnos como dicta nuestro ambiente, tanto emocional (el estado de ánimo de la gente que me rodea), relacional (cómo las personas interactúan con nosotros) e incluso atmosférico (si hace frío, llueve o hace sol).

Continuamente ponemos la atención fuera de nosotros para comprobar cuál debe ser nuestro estado de ánimo en relación a nuestro entorno más cercano. Hasta el punto que si nos levantamos por la mañana y está lloviendo somos capaces de ponernos de mal humor. 

Un día aprendimos a entregar nuestra esencia interior a factores externos y nos convertimos en dependientes emocionales.

 

¿Qué es la dependencia emocional?

La dependencia emocional es un patrón psicológico que nos impide establecer vínculos saludables. Se da en las relaciones interpersonales, ya sean familiares, de amistad, de pareja o en otros contextos, como el trabajo.

Cuando una persona está en una relación de dependencia espera que el otro asuma la responsabilidad en aspectos importantes de su vida, experimenta temor a la separación y a la soledad, tiene gran dificultad para tomar decisiones por sí misma y le cuesta expresar el desacuerdo con el entorno, por miedo al abandono y a la pérdida de aprobación.

Las personas dependientes priorizan a los demás, hasta el punto de anularse a sí mismas a favor de su pareja, familia o amistades. Por tanto, establecen relaciones disfuncionales, en las que expresan unas demandas afectivas desproporcionadas y  tienden a ser muy sensibles a la aprobación por parte de los demás.

 

 

Codependencia y dependencia emocional

La dependencia emocional puede ser unidireccional o bidireccional.

La codependencia emocional es una forma de apego disfuncional entre dos individuos que se necesitan mutuamente para “ser felices” y que puede establecerse en cualquier tipo de relación:  de pareja, familia, amistad, etc. 

Se da entre dos perfiles complementarios que actúan desde una búsqueda de reafirmación continua ante la propia inseguridad interna: el dependiente, que necesita al otro, y el codependiente, que busca sentirse necesario e imprescindible, sacrificando su bienestar por los demás. 

Ambos se relacionan de manera adictiva, reforzando sus necesidades y utilizando estrategias de manipulación y control.

 

¿Cómo se pueden identificar la codependencia y dependencia emocional?

Somos seres sociales por naturaleza, ya que las relaciones interpersonales son la base del desarrollo en el ser humano. 

Por tanto, todos tenemos un cierto nivel de dependencia afectiva que es saludable y necesaria para poder establecer vínculos de calidad. Si no, terminaríamos funcionando siempre de forma individualista y aislada.

Sin embargo, cuando la dependencia es excesiva, se produce un desequilibrio en la relación que nos impide vivirla de una manera beneficiosa que potencie nuestro desarrollo y bienestar.

 

dependencia

 

Características de la dependencia afectiva

Veamos algunas características que podemos tener en cuenta para establecer si somos propensos a establecer relaciones de dependencia y codependencia, por ejemplo:

 

  • Basar nuestra felicidad en una sola persona (como puede ser la pareja).
  • Creer de que hay una persona que nos hará felices y nos dará aquello que creemos que nos falta.
  • Llevar a cabo comportamientos que no deseamos para complacer y gustar al otro, por miedo a perderlo.
  • Sensación de incomodidad y sentimiento de culpabilidad cuando nos priorizarnos y sentimos que vamos a la contra  de la otra persona.
  • Sentir una necesidad de afecto y de aprobación excesiva que nunca se satisface.
  • Dificultad para tomar decisiones por nosotros mismos, que nos lleva a involucrar a la otra persona en todas nuestras actividades o pedir su opinión ante cualquier duda.
  • Dejarnos manipular con facilidad por esta persona.
  • Sentimos que las relaciones se convierten en el centro de nuestra vida, con pensamientos recurrentes y una ‘montaña rusa’ de emociones.
  • Tendencia hacia el aislamiento social.

 

Depender emocionalmente de alguien

Parece que no podemos soportar ese instante de auto-reconocimiento de lo que nos falta e inmediatamente queremos que acabe. La sensación de carencia va cambiando de forma pero, en el fondo, siempre es la misma. Tratamos de que todos a nuestro alrededor puedan ver nuestro vacío mientras nosotros mismos ni lo miramos. 

Y así, seguimos dependiendo de los demás, del entorno, aferrados a lo que no tenemos y, como en cualquier adicción, convirtiéndonos en dependientes.

 

“Porque nadie puede saber por ti. Nadie puede crecer por ti. Nadie puede buscar por ti. Nadie puede hacer por ti lo que tú mismo debes hacer. La existencia no admite representantes.”

Jorge Bucay

 

Observar nuestra necesidad para crecer como adultos emocionales

En lugar de pararnos un momento a observar nuestra propia necesidad y usarla para conocernos, buscamos compulsivamente la manera de llenarla para silenciarla de una vez por todas. 

Nos engañamos pensando que hemos arreglado nuestro problema por una satisfacción inmediata que viene de fuera (un abrazo, una palmadita en la espalda o un rato de atención) en lugar de utilizar ese momento para ver qué hay de nosotros expresándose en esa necesidad. 

Es decir, buscamos bienestar sacrificando el Bienser.

 

Dependencia emocional: cómo superarla

¿Qué porcentaje de tu bienestar depende de ti? ¿y de los demás? Una clara señal de maduración psicológica se produce cuando desarrollamos una autonomía emocional que nos permite entender y empatizar con el ambiente en el que nos movemos, pero sin «contagiarnos» del mismo. 

Se trata de estar conectados con nuestro entorno, pero manteniendo un estado de coherencia interna que nos permita elegir cómo sentirnos y cómo responder en cada momento, independientemente de aquello que nos rodea.

Cuando sientas que dependes de algo o de alguien, puedes preguntarte: ¿qué consigues a través de esa relación? ¿Qué parte de ti mismo/a has delegado fuera? ¿a quién has hecho responsable de lo que debías encargarte tú?

 

dependencia emocional

 

Siguiendo con la analogía del bebé que se cae, ¿a quien miras cuando te sucede algo y no sabes cómo te has de sentir?

Podemos seguir justificando nuestros estados emocionales por aquello que hacen los demás, culparlos de cómo nos sentimos, o tomar la decisión de crecer como adultos emocionales y hacernos cargo de nuestras emociones.

 

Dependencia emocional y Bioneuroemoción®

Relacionarnos de una manera inmadura emocionalmente, que implica no asumir la responsabilidad de nuestro bienestar, limitando nuestra autonomía emocional y evolución personal

Cedemos el poder de dirigir nuestra vida otorgándole un valor especial a determinadas relaciones, u otros factores externos.  

Esta manera de relacionarnos nos juega en contra ya que, sin ser conscientes de ello, buscamos personas que nos complementen, porque sentimos que nos hace falta algo, y creemos que ese algo lo encontraremos en ellas cuando, en realidad, está y siempre ha estado en nuestro interior.

 

 

Esta forma de relacionarnos nos genera un sufrimiento que no podemos gestionar, ya que creemos que lo que nos hace sufrir es culpa del otro

Sin embargo, cuando tomamos conciencia de que, en realidad, somos los únicos responsables de nuestra manera de ver y experimentar las relaciones, las transformamos en experiencias de aprendizaje. 

Así, dejan de ser una fuente de sufrimiento y pasan a ser  fuente de autoconocimiento, desarrollo personal y bienestar.

 

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Diplomado en Bioneuroemoción®

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