Las emociones son un mecanismo de adaptación al entorno, frente al cual generalmente, reaccionamos de manera inconsciente y automática. Estos programas de reacción emocional son heredados de nuestros ancestros como un código de relación específico con el ambiente. Su función es asegurar la supervivencia de la especie.
Como resultado, el cuerpo reacciona a la emoción con una gama de cambios físicos: desde un aumento de la frecuencia cardíaca y una respiración entrecortada, hasta una debilidad en las piernas, labios temblorosos o piel erizada,… todos ellos relacionados con la adaptación biológica del individuo a situaciones que vive en su vida cotidiana. Resultando en un estrecho vínculo entre la salud y las emociones de las personas. Ser conscientes de nuestras emociones implica conocer y ser responsable de cómo nos relacionamos con el mundo.
Las emociones surgen de la inteligencia de la naturaleza misma y son las que activan o desactivan las distintas partes del ADN, para que nuestro organismo se adapte de forma óptima a las situaciones en las que surgieron. De esta forma, nuestro ADN y su forma de expresarse –nuestro cuerpo-, se modificará y evolucionará siempre en relación directa con la emocionalidad de la persona.
Tomar conciencia sobre nuestras emociones implica conocer y ser responsable de nuestra forma de interactuar con nuestro entorno, para decidir la relación más saludable que podemos establecer con él. De esta forma evolucionamos personalmente como individuos, y colectivamente como especie.
Las emociones inciden directamente sobre el estado del campo electromagnético de nuestro cuerpo. Según estudios realizados a través de satélites geoestacionarios (GOES), parece haber una relación directa entre el campo magnético de las personas, y el del planeta, por la que cambios en uno afectan de manera instantánea al otro y viceversa.
Según el instituto Heartmath: “Las emociones afectan a nuestro cuerpo a través del campo magnético, y la idea es que despertáramos a una conciencia total en donde una gran cantidad de personas se centren en sanar sus campos magnéticos, y de esta forma fortalecer el campo magnético terrestre.”
La Bioneuroemoción® nos invita a comprobar si vivimos en coherencia, es decir, si lo que pensamos, sentimos y hacemos va en la misma dirección. Cuando vivimos en coherencia alcanzamos la madurez emocional. Como nos dice Enric Corbera en El observador en Bioneuroemoción: “La salud de la Tierra depende de la salud de nuestros corazones, mejor dicho que la salud de nuestros corazones se expanda en nuestras mentes y nuestros actos sean la manifestación de nuestra coherencia”.
© Enric Corbera Institute.
Es una invitación extraordinaria, como invitar un vaso de agua cuando se tiene sed. Estoy agradecida y engrandecida con este conocimiento.
Muchas gracias por toda esta información/FORMACIÖN a Enric y TODO su equipo!!!
Esto de regular las emociones considero que es un primer paso al despertar de la conciencia, y para ello primero hay que entenderlas gracias por esta informacion realmente es un lujo!
Cuánto valor agregado en esta formación Enric y equipo. Gracias Gracias Gracias !!
gracias ante todo por esta oportunidad, aprovecharla al máximo con esta información para mi conciencia y mi ser.
Que bonito es comprender como estamos relacionados con el planeta y las implicaciones que tienen nuestras emociones dentro de esta unión. Gracias por facilitar esta información tan valiosa.
Muchas gracias por esta oportunidad de autoconocimiento, es increible descubrir el por qué de nosotros mismos y lo dormidos que estuvimos hasta ahora yendo por la vida como autómatas. Feliz de haberlos conocido, aunque espero que no sea tarde a mis 50 años para cambiar el ADN de mis legados!
Me estoy dando cuenta que no había indagado lo suficiente para comprender del todo la gestión de mis emociones.
gracias.
excelente informacion
Gracias por abrirme las puertas para realizar este curso, justo en el momento que mas lo necesitaba, mi sueño es continuar con ustedes la bioneuroemoción directamente en Barcelona.