¿Por qué repites el mismo patrón una y otra vez? ¿Por qué la carencia económica, la dificultad en las relaciones o un síntoma crónico insisten en manifestarse en tu vida, a pesar de tus esfuerzos conscientes por cambiarlos?
La voluntad, la lógica e incluso el sacrificio a menudo se estrellan contra un muro invisible. Y la razón es simple: estás intentando solucionar un problema del presente con una solución que le pertenece al pasado familiar.
Desde la Bioneuroemoción, te proponemos una mirada radicalmente diferente: tu conflicto actual no es un fallo personal, sino una función de reparación inconsciente. Eres el reparador del árbol, y tu propósito no elegido es intervenir inconscientemente para sanar el árbol genealógico, es decir, cerrar una herida que tus ancestros no pudieron resolver.
Este artículo es una invitación a tomar la distancia necesaria para observar el guion que te fue asignado y, por fin, reclamar la autoría de tu propia vida.
Nuestra vida no comienza con nuestro nacimiento. Comienza con la historia de nuestro clan, con los silencios, los duelos no hechos y las injusticias que el sistema familiar no pudo integrar.
El inconsciente no es solo individual; es, ante todo, un inconsciente familiar. Este inconsciente familiar busca el equilibrio a toda costa, y si hay un vacío o una exclusión, un miembro del clan —tú— parece ser designado, por resonancia, para intentar restaurar ese orden perdido.
Esta resonancia opera con una gran sintonía. Si en una familia, por ejemplo, hubo un abuelo cuya historia quedó inacabada (una quiebra silenciosa, un aborto negado, una vocación frustrada), tu sistema puede entrar en resonancia familiar con esa información.
¿El resultado? Tal vez vivas tu vida con una carga que no es tuya. Vives con una predisposición a la carencia si tu abuelo fue despojado, o con el miedo a ser visible si tu abuela fue silenciada.
Tu conflicto es una manifestación de lealtades inconscientes a esa historia.
«La familia tiene una memoria. Lo que de ella sale a la luz es un regalo para nosotros.»
Bert Hellinger
En algún punto de nuestro proceso de autoconocimiento, debemos aceptar que, si estamos anclados al pasado, no estamos viviendo una vida del todo original. El inconsciente familiar podría estar actuando como un sutil guionista de parte de tu vida.
Por ejemplo, si en tu sistema familiar existe un patrón de enfermedades autoinmunes que aparece después de los 40 años, está repitiendo un patrón de resonancia. Tal vez tú vivas un conflicto biológico alrededor de esa misma edad.
Esta lealtad no es una elección consciente, sino una estrategia de supervivencia del sistema familiar. Al repetir el drama, el inconsciente intenta hacerlo visible, buscando una oportunidad para que el drama sea, por fin, trascendido.
La clave de la Bioneuroemoción es precisamente esa: entender que el síntoma o el problema es el mensaje y la oportunidad de despertar.
La función de reparación es el concepto que define tu rol en este drama. Cargas con un mandato invisible de sanarlo, de rellenar ese hueco.
Sin embargo, en tu intento de ser fiel a esa tarea, acabas sacrificando tu propia realización y bienestar. El precio de esta fidelidad es alto: vives para tu árbol genealógico, intentando reparar o sanar el pasado familiar, no para ti.
Considera un ejemplo práctico. Tienes dificultades crónicas para generar abundancia, tus proyectos se caen justo antes de prosperar. Al mirar tu árbol, descubres que un bisabuelo tuvo una gran riqueza que perdió por una traición o una injusticia, y murió en la ruina y el silencio.
Tu función de reparación se activa como parte de una dinámica inconsciente del sistema familiar para «honrar» a ese bisabuelo.
¿Y cómo honras la ruina? Repitiéndola o autosaboteando el éxito. Tu inconsciente te dice: «Si yo tengo éxito, excluyo a mi ancestro que fracasó.»
La lealtad inconsciente nos engaña. Nos hace creer que la única forma de honrar a nuestros ancestros es perpetuando su dolor.
Pero la lealtad al sufrimiento ancestral es una trampa. No honras a tu abuela que no pudo estudiar repitiendo su frustración; la honras realizando tu propio potencial.
El trabajo de liberación que propone la Bioneuroemoción es un acto de amor maduro y soberano. Implica reconocer la historia del familiar que te ha condicionado (el excluido, el silencioso, el fracasado) y declarar con total consciencia que ese drama fue suyo, y que ahora tú eliges un destino diferente.
Este reconocimiento desactiva la función de reparación, liberándote a ti y, por resonancia, al inconsciente familiar. Tu vida deja de ser un eco y empieza a ser una manifestación de tu libre elección.
«El proceso de liberación empieza cuando nos atrevemos a mirar y reconocer las heridas que llevamos.»
Brené Brown
Dejar de ser el reparador del árbol y convertirse en el creador consciente de tu propia vida requiere un acto de toma de consciencia radical. El objetivo no es eliminar el conflicto, sino transformarlo, dándole un sentido diferente.
Tu síntoma o tu problema es, en realidad, tu mayor maestro, pues te señala directamente dónde se encuentra la atadura.
La Bioneuroemoción te proporciona las herramientas para identificar la información original del trauma en el árbol y, al integrarla conscientemente, dejas de cargar con la obligación de repetirla.
La clave está en desidentificarte de tus herencias emocionales y asumir la propia responsabilidad emocional. Solo tú puedes decidir dejar de ser una extensión del pasado.
Para trascender la función de reparación, debemos cambiar la mirada.
La pregunta más potente que podemos hacernos no es «¿Por qué cargo con este problema?», sino «¿Para qué le está sirviendo este conflicto a mi inconsciente familiar?»
Este cambio es el que te libera de ser un títere del destino familiar heredado. Es el momento en que decides que tu vida no será la solución inconsciente a un problema no resuelto.
El reparador del árbol es un rol agotador y limitante. Ya has honrado a tu clan llevando su carga hasta aquí.
Ahora te corresponde a ti, con absoluta soberanía, detener la repetición.
La Bioneuroemoción no te ofrece una solución mágica, te ofrece la herramienta más potente que existe: tomar consciencia. Mira tu historia, libérate de la función de reparación y exige a tu inconsciente un nuevo guion.
Honrar de verdad es vivir plenamente, es mostrar a tu linaje que la vida continúa y que la sanación es posible. Desafía la lealtad al drama y elige la fidelidad a tu propia vida.
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En este episodio de Destellos de Sabiduría, Joan Garriga, referente en constelaciones familiares y psicoterapia Gestalt, conversa con David y Sara sobre uno de los temas más profundos del alma: la relación con nuestros padres y el poder transformador del dolor.
Comprender que los errores de nuestros padres nos impulsaron a crecer y a construir nuestro propio camino, nos permite reescribir nuestra historia y sanar nuestras heridas.
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