Se piensa que la creatividad es algo relacionado principalmente con el mundo artístico y propio de los que poseen un talento particular. Sin embargo, es una capacidad que todos poseemos y que podemos desarrollar.
Por otra parte, la creatividad no se limita a unos contextos, sino que permea cada una de las facetas de nuestra vida, pues es la clave de nuestra evolución y desarrollo.
Este artículo nos propone observar nuestros pensamientos y nuestras emociones para generar posibilidades creativas para nuestra vida.
La creatividad se define como “la facultad de crear”. Esta definición parece simplificar demasiado una poderosa capacidad que todos tenemos que nos permite encontrar nuevas soluciones, generar ideas originales y transformar nuestra realidad.
Ser creativo e innovador implica atreverse a pensar fuera de lo establecido, ser curioso, cuestionar el status quo y hasta los propios pensamientos como forma de buscar el crecimiento y la mejora.
Entendemos por creatividad la capacidad de darle un sentido diferente a lo que se muestra en nuestra vida -personas, situaciones, objetos, ideas o procedimientos- de tal manera que se transforma la manera en que vemos el mundo.
Construir nuevas significaciones tiene una fase inspiracional y otra operacional, ya que, si no las llevamos a la práctica, transformando nuestro hacer y así el mundo, esta quedaría en una idea intelectual ineficaz e insuficiente.
Por ejemplo, el caso de supervivientes de cáncer de mama que realizaron tatuajes en las cicatrices de sus mastectomía para darle un nuevo significado al dolor y a las marcas que quedaron en sus cuerpos.
Cualidades como la creatividad, la imaginación, la curiosidad y la empatía nos permiten encontrar nuevas soluciones a los problemas habituales, realizar aprendizajes y evolucionar.
Son rasgos de la flexibilidad cognitiva, una habilidad que nos permite cambiar entre diferentes conceptos o adaptar el comportamiento para lograr metas en un entorno nuevo o cambiante.
Esto nos permite aprender a desaprender, usando lo que ya sabemos para comprender lo que no sabemos.
Las investigaciones sobre la plasticidad del cerebro humano han demostrado hasta qué punto las experiencias de cada persona pueden moldear sus habilidades intelectuales, su creatividad y su capacidad para gestionar sus emociones.
También confirmaron que está presente durante toda nuestra vida, lo que amplía las posibilidades de autotransformación a cualquier edad.
Una creencia muy instalada es que la chispa de la inventiva está reservada para unos pocos, muchas veces considerados genios. No obstante, es una capacidad que se puede entrenar.
«La creatividad se aprende igual que se aprende a leer»
Lo que pensamos ante lo que nos sucede refleja las creencias que asumimos como verdades que definen nuestra realidad.
El proceso de crecimiento implica crear nuevos significados cuestionando nuestros pensamientos y poniendo en duda lo establecido.
Si experimentamos una ruptura sentimental o nos despiden del trabajo, por ejemplo, podemos reaccionar culpando a los demás, o preguntarnos:
¿Lo que pienso acerca de lo que ha sucedido es “la verdad”? ¿Verlo así me ayuda a vivirlo de manera constructiva? ¿Qué puedo aprender de esta situación?
En el primer caso no habremos aprendido nada y, probablemente, volveremos a encontrarme en situaciones similares. Pero al cuestionar mis verdades podré acceder a un nuevo conocimiento sobre mí mismo/a que cambiará mi manera de sentir, pensar y actuar, transformando mis experiencias futuras.
Solo así desarrollaremos nuestra capacidad de aprender de manera creativa y transformadora, accediendo a la sabiduría que nos ofrece cada experiencia.
«La creatividad requiere tener el valor de desprenderse de las certezas»
Ver retos y oportunidades donde antes se percibía incomodidad y dificultad es una forma de abordar los problemas que promueve soluciones. Transforma las emociones incómodas en elementos motivantes que impulsan actividades ingeniosas.
De esta manera, la creatividad nos permite confiar en nuestra capacidad de encontrar soluciones ingeniosas a lo que nos depara la vida y transitar de mejor manera la incertidumbre.
Abordar las situaciones difíciles con creatividad es pasar del temor a la curiosidad, asumiendo el riesgo de renunciar al sentimiento de seguridad que proporciona lo conocido.
Un buen ejemplo es Josephine Cochrane, quien sentía gran frustración cuando su empleada rompía valiosas piezas de su vajilla de porcelana al lavar los platos, lo que la llevó a inventar el lavavajillas. Transformó su frustración en motivación.
Uno de los mayores enemigos de la creatividad y, por ende, de la evolución personal, es el miedo al fracaso. Nos puede llenar de emociones paralizantes y al estancamiento creativo.
Asimismo, reconocer que lo que estamos haciendo no nos está conduciendo al éxito y, entonces, realizar los cambios necesarios, nos permite retomar la confianza y salir de la trampa emocional a la que nos puede arrastrar un fracaso.
«Hay que perseverar y, sobre todo, tener confianza en uno mismo. Hay que sentirse dotado para realizar alguna cosa y que esa cosa hay que alcanzarla, cueste lo que cueste»
Creemos que necesitamos tener tiempo libre y recursos infinitos para crear. Sin embargo, son las dificultades, los pocos recursos, el tiempo limitado y el dolor los que nos hacen buscar una salida.
Sin límites, no hay evolución ya que ellos estimulan la creatividad para superarlos.
Existe una curva de creatividad, en forma de U inversa, que indica que sin restricciones nos sentimos aburridos y desmotivados puesto que no hay una resistencia que nos impulse a ir más allá de lo establecido. A su vez, con demasiadas restricciones, nos estresamos y bloqueamos.
El punto clave está en el equilibrio entre ambas posturas.
La anécdota de la manzana que cayó del árbol donde el físico Isaac Newton estaba descansando y que le permitió formular las leyes de la gravedad, dio pie al mito de que la musa inspiradora sorprende con una idea maravillosa. Lo que no se debe olvidar es que Newton llevaba mucho tiempo estudiando el fenómeno.
La creatividad y la creación aparecen cuando se sostiene una acción. El Momento Eureka que implica hallar una respuesta requiere un fino equilibrio entre persistir en la búsqueda y soltar el pensamiento obsesivo.
Es esta tensión entre dejar fluir sin llegar a la procrastinación y sostener un paciente proceso de revisar, cuestionar, evaluar y comprobar.
La deambulación mental es un rasgo característico de la mente humana. Es un estado transitorio que puede propiciar procesos mentales que favorecen la creatividad, sin embargo cuando es excesivo o se da en situaciones que requieren atención, puede llegar a ser perjudicial.
Observar nuestros pensamientos es lo que nos permite ser creativos y transformar la realidad que vemos y experimentamos.
La Bioneuroemoción nos propone herramientas para aumentar nuestra autoconciencia observando nuestros pensamientos y emociones.
Ello nos lleva a reconocer que nuestra manera de percibir el mundo es solo una opción, lo cual nos permite abrirnos a nuevas posibilidades de percibir lo que nos sucede.
Renunciar a verdades inflexibles es clave para desarrollar nuestra creatividad y abrir las puertas a lo que ni siquiera habíamos imaginado. Podremos expresar toda nuestra potencialidad, convirtiéndonos en los creadores de la vida que queremos vivir.
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Enric Corbera nos invita en este podcast a aprender a cuestionar nuestras creencias a través de la autoindagación.
En este video Enric Corbera explica cómo la Bioneuroemoción nos invita a renunciar a nuestras creencias para permitir que ocurra aquello que ni siquiera hemos imaginado.
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