El dilema entre merecer y querer: ¿te atreves a unir ambos deseos?

25 mayo 2024

A menudo nos dejamos llevar por lo que queremos aunque sintamos, en el fondo, que no estamos eligiendo lo que verdaderamente creemos merecer. Experimentar esta contradicción sin tomar conciencia de nuestras verdaderas motivaciones, en muchas ocasiones, nos lleva a boicotearnos a nosotros mismos.

¿Quién no ha sentido esta lucha interna? ¿Cómo lograr convertir lo que deseamos en lo que sabemos que merecemos?

 

La contradicción interna nos trae un mensaje

¿Paseo o descanso, reciclar o hacerme el/la desentendido/a, visitar a mis padres o quedarme en casa, expresar lo que siento o callarme la boca? Son preguntas cotidianas que juzgamos como irrelevantes porque parecen relacionarse con el placer o la comodidad momentáneos. 

No obstante, son una muestra de esta lucha interna en la que no siempre somos fieles a lo que deseamos profundamente.

 

Todas las preguntas son válidas

¿Seguir mi rutina o aventurarme a lo desconocido, trabajar en equipo o emprender en solitario, optar por ese negocio turbio o resguardar mi integridad? Este tipo de dilemas nos sitúan ante la misma disyuntiva de las que parecen más superficiales: seguir mi impulso más genuino o dejarme llevar por lo que más ventajas significan en el momento.

Reconocer que algunas de nuestras elecciones no responden al tipo de persona que queremos ser y que, por tanto, no nos satisfacen plenamente, es el punto de partida para cuestionarnos y explorar otras posibilidades. 

Allí es cuando los problemas se pueden convertir en soluciones. La vida está haciendo todo lo posible para mandarnos señales para volver al sitio donde merecemos estar. 

Pero, al invalidar estas preguntas, nos desconectamos de nuestra voz interna.

 

Cuál es la diferencia entre querer y merecer

Querer está relacionado con seguir nuestras preferencias más impulsivas y antojadizas. Suele tener una connotación más bien negativa por no considerar sus consecuencias a largo plazo.

Por otra parte, en general relacionamos el merecer con algo que logramos de otras personas. Además, pareciera requerir de un sacrificio de nuestra parte para, así, “ser dignos” de conseguir lo que deseamos.

Un ejemplo de ello es la creencia religiosa de merecer el paraíso o el infierno según una serie de dogmas que no necesariamente se basan en nuestra convicción de lo que deseamos hacer.

Así, tanto el querer como el merecer siguen alejados de la expresión genuina de lo que nuestro Ser intenta expresar y materializar. ¿Qué tipo de persona quiero ser? ¿Qué me devuelven mis ojos cuando me miro francamente al espejo?

 

merecer, espejo

 

Por qué hacer solo lo que queremos nos aleja de lo que merecemos

Gran parte de las decisiones que tomamos está influenciada por aprendizajes tempranos. Son pautas que tenemos tan arraigadas a nivel inconsciente que nos resulta difícil reconocer que no es lo que queremos. 

No obstante, no nos estamos amando ni aceptando a nosotros mismos.

Entonces, ¿hasta qué punto estamos eligiendo libremente? ¿Qué pasa cuando ya no nos identificamos con ellas y deseamos algo diferente?

Es allí cuando se produce una fricción entre lo que creemos que queremos y lo que sentimos merecer.

Aunque quiero verme saludable, la compulsión por comer y el sedentarismo dominan mi voluntad. ¿Qué modelo de adulto tuve en mi infancia? ¿Qué carencias o necesidades esconde ese desinterés por priorizar mi estado físico y bienestar? ¿Qué puedo hacer para  alinear mis elecciones con lo que verdaderamente merezco y acercarme a ser la persona que aspiro ser?

 

“La actitud es el pincel con el que la mente colorea nuestra vida y somos nosotros quienes elegimos los colores.”

Adam Jackson

 

Tememos atrevernos a seguir nuestra convicción

Un experimento del psicólogo Solomon Asch sobre la conformidad social demostró la tendencia a modificar nuestra respuesta según la expresada por una mayoría. Las personas que formaron parte del estudio cambiaban su opinión (de la cual estaban totalmente seguros) cuando otros indican una opción errónea.

El miedo a ser excluidos por nuestro entorno puede hacernos modificar partes de nuestra identidad. En definitiva, somos cada uno de nosotros los que nos impedimos experimentar eso que todos merecemos por el mero hecho de existir.

 

¿Escuchas lo que quiere tu ego o te escuchas?

Querer proviene de nuestro ego y responde a nuestra programación inconsciente. Por eso muchas veces no está alineado con lo que sentimos merecer.

En cambio, cuando nos escuchamos con una mente que busca tomar distancia de creencias y condicionamientos, atendemos a nuestros propios deseos internos. Es una balanza donde nosotros decidimos hacia qué lado se decanta.

Lo primero nos mantiene en una aparente estabilidad a pesar del caos. Y lo segundo nos aporta la recompensa de sernos fieles a nosotros mismos. Será entonces cuando admiremos nuestra propia valía y merecimiento.

 

“Nunca seré lo que otros quieren que sea. Me reiré si soy feliz y gritaré si estoy enojada. Ustedes no lo saben, pero en la mañana, cuando me miro en el espejo, yo me reconozco y estoy satisfecha conmigo misma.”

Frida Kahlo

 

Desaprender para elegir de nuevo

Modificar los condicionamientos no es una tarea sencilla, incluso aunque tengamos una determinación a toda prueba. Es un proceso y tiene mucho que ver con cuánto nos observamos para detectar las veces en que terminamos haciendo lo que no queremos realmente.

El desafío será ir cambiando el paradigma y atrevernos a reconocer nuestros sentimientos, experiencias y todo lo que nos atraviesa desde el prisma de que merezco ser fiel a lo que quiero ser. Merezco escuchar mi voz interna y responder a lo que deseo de mí mismo/a.

 

La satisfacción de transformar el querer en merecer

Esta premisa debería convertirse en nuestro leitmotiv. La motivación central y recurrente será, entonces, chequear constantemente si lo que decido, digo y hago se corresponde con lo que quiero merecer.

Porque ese es el punto de partida: querer merecer. Parece un juego de palabras, sin embargo, encierra la libertad más profunda de decidir si ser fiel a mí mismo/a, o seguir los vientos antojadizos de mis ‘quereres’ superficiales.

 

 

La grandeza del merecimiento

Cada uno de nosotros está llamado a hacer de su vida lo que cree merecer

Merezco ser esa persona íntegra y coherente que quiero ser (para eso tengo que adecuar mis acciones y decisiones constantemente).

Porque a veces hacemos caso a esa llamada y a esa voz interna, y a veces dejamos que nuestra programación inconsciente domine nuestra voluntad. Cada vez que aparece esa vocecita decidimos quién gana.

Lo que marcará la diferencia, una y otra vez, es cuánto me hago digno de unir mi deseo con mi merecimiento

Legitimar el merecer es teñir cada acto de la coherencia más concreta y a la vez, más radical, tanto en las cosas del día a día como en los planteamientos más existenciales.

Y tú ¿vives internamente del modo en que crees merecer?

 

“Soy el amo de mi destino. Soy el capitán de mi alma.”

William Ernest Henley

 

 

Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de Youtube:

 

En esta conferencia Enric Corbera habla de la importancia de nuestros pensamientos y nuestra información inconsciente en las experiencias que vivimos y que el secreto para tener una vida plena es conectar con nuestro corazón.

 

En este vídeo, David Corbera da pautas para aprender a escuchar a nuestro Ser por encima de un ego que pretende tener el mando de nuestra vida, impidiéndonos vivir la vida que queremos.

 

 

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Diplomado en Bioneuroemoción®

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