¿Puede la coherencia ser incoherente?

24 octubre 2023

¿Qué significa realmente vivir en coherencia? A menudo caemos en la trampa de creer que somos coherentes cuando, en realidad, nos estamos engañando sin ser conscientes de ello.

¿Sabías que nuestro ego está programado para hacernos elegir la supervivencia por encima de la felicidad? Así nos contamos las historias que nos definen y nos atrapan.

En este artículo, vamos a adentrarnos en el proceso de liberarnos de nuestras propias narrativas limitantes. Descubriremos cómo la coherencia interna puede llevarnos a experimentar una vida más plena, auténtica y llena de posibilidades.

 

¿Qué significa ser coherente?

Como concepto, la coherencia implica la sincronización y alineación de diversos elementos o partes dentro de un sistema, creando una unidad que opera sin contradicciones ni discordancias.

Por lo tanto, somos coherentes cuando la forma en que sentimos internamente la vida coincide con la manera en que la experimentamos en el afuera. Implica vivir en consonancia con nuestros deseos, pasiones y valores personales.

En un estado de coherencia interna no fingimos afectos ni vivimos una vida ajena a nuestros valores. Tenemos las riendas de nuestra vida y no nos sometemos a lo que no estamos dispuestos a asumir.

Imaginemos a alguien que siempre soñó con seguir una vocación artística relacionada con la música, pero continuó la tradición familiar de ser contador para responder a las expectativas de su familia. Esta persona siguió la senda que se le impuso para satisfacer su necesidad de pertenencia —supervivencia—, aunque sentía una profunda discordancia entre sus deseos y sus acciones.

Un día, toma la decisión de seguir su pasión por la música y comienza a estudiar y tocar instrumentos. A medida que se adentra en este nuevo camino, siente que está viviendo de acuerdo con sus verdaderos deseos y valores.

Ser coherente no es vivir pretendiendo ocupar un rol o cumpliendo expectativas sociales, sino que somos auténticos cuando nuestras acciones se alinean de acuerdo con nuestra propia regulación interna.

 

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Cuando la coherencia se vuelve incoherente

Ser coherente significa, en última instancia, mantener una relación armoniosa con nosotros mismos. Esta relación entre pensar, sentir y actuar está conectada a algún patrón o modelo con el que, inconscientemente, nos guiamos.

Sin embargo, es importante distinguir entre la coherencia interna y la coherencia forzada. A veces creamos historias que le dan sentido a las dificultades que enfrentamos, para evitar realizar cambios, lo que refuerza nuestra coherencia personal o de identidad.

Entonces, el cerebro tiende a buscar coherencia y sentido, incluso si eso significa perfeccionar nuestras neurosis y mecanismos de defensa. Este enfoque puede llevarnos por un camino dual y egocentrista que está muy lejos de ser coherente con nuestra verdadera esencia.

Retomando el ejemplo anterior, la persona que quería estudiar música se convenció con argumentos falaces de que era mejor ser contador. Durante años, su mente buscó coherencia con esta decisión y desarrolló una narrativa que justificaba su elección («Siempre fui más lógico y los números eran lo mío»).

Aunque en su interior anhelaba la música, su mente creó una coherencia interna basada en la seguridad de una carrera financiera. Por lo tanto, continuó actuando en base al sistema de creencias adquirido que sostiene su supervivencia en la pertenencia, de este modo justificó su accionar en lugar de ir por su pasión original.

 

Coherencia disfuncional

¿Qué sucede si el modelo de referencia interna nos trae consecuencias perjudiciales?

El problema deviene cuando nos identificamos con las creencias que no están alineadas con nuestra verdadera autenticidad: herencias emocionales, aprendizajes de la infancia y condicionamientos adquiridos.

Así, inventamos historias que nos mantienen en un rol predefinido y limitado que nos lleva a experimentar situaciones repetitivas. De este modo restringimos nuestro acceso a otras posibilidades y a lo que realmente podríamos llegar a ser si nos atreviéramos a tomar el protagonismo de nuestra vida y crear nuestro propio camino.

Imaginemos a una persona atrapada en una relación violenta que argumenta: «No me divorcio porque es el padre de mis hijos». Desde una perspectiva objetiva, esta declaración podría parecer incoherente, ya que la persona está viviendo una experiencia de abuso. Sin embargo, desde su conjunto de valores, creencias y experiencias, esta decisión se vuelve coherente y justifica su malestar. Este posicionamiento le proporciona un sentido disfuncional basado en su historia personal, incluyendo sus aprendizajes y referentes.

 

“Hay gente que funciona como una escopeta de perdigones: piensa una cosa, siente otra y sus actos se dispersan sin dirección.”

Walter Riso

 

Percepción, creencias y coherencia

La coherencia se basa en nuestra percepción y, a su vez, nuestra percepción está teñida por nuestras creencias. En consecuencia, desglosar las situaciones que desencadenan nuestras reacciones emocionales es nuestra responsabilidad.

Así, el resultado de lograr una coherencia interna genuina es liberarnos de los patrones dañinos que hemos establecido. A cambio, ganamos una mayor expansión de conciencia y una comprensión más profunda de la unidad que conecta a todos los seres humanos y a todo el planeta.

Continuando con el ejemplo anterior, alguien que sigue relacionándose con personas abusivas, muy probablemente ha experimentado eso en su pasado y el hacerlo propio le impide relacionarse de manera más sana. Esto pudo haberse engendrado dentro del clan familiar donde creció y vió cómo se relacionaban sus padres, y ahora se ve repitiendo el mismo patrón de comportamiento.

 

Los riesgos de la incoherencia

Cuando nos mantenemos en la posición de víctima o utilizamos la culpa como escudo, nos quedamos a mitad de camino. Podemos tomar conciencia de nuestros problemas, pero en lugar de buscar la transformación nos justificamos con lo que nos pasó y esta identificación nos paraliza.

Finalizando el ejemplo, la persona que padece abuso puede explicar su comportamiento  victimizandose y culpando al clan familiar. Aquí es cuando se presenta su verdadera libertad: continuar en ese rol o moverse a otro para empezar a ser coherente con lo que realmente desea para sí misma.

Es como si el ego encontrase una manera de persistir, esta vez disfrazado de una nueva identidad más razonada. En lugar de tomar medidas concretas y confiar en que lo mejor está por venir, nos sumergimos en el “porqué” de nuestras circunstancias en lugar de preguntarnos el “para qué”.

Es crucial trascender la identificación con estas narrativas, dar el salto hacia el cambio y confiar en que podemos construir un futuro mejor.

 

 

El coraje es el norte de nuestra brújula

La buena noticia es que tenemos el poder de dar sentido a todo lo que hemos vivido y estamos viviendo. Y podemos cambiarlo, aunque esto conlleva un proceso.

Una vez que hayamos realizado un trabajo interno a consciencia y hayamos observado nuestras situaciones repetitivas, podremos tomar coraje y decidir hacer algo distinto.

Aunque a veces nos aferramos a lo conocido por miedo a lo desconocido, la valentía es nuestro norte. No es la ausencia de miedo, sino optar por hacer algo diferente y avanzar a pesar de él.

 

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El camino hacia nuestra autenticidad

Una vez que decidimos buscar la coherencia, mantener nuestra nueva forma de pensar y de actuar es un trabajo constante. Sostener la decisión es una elección diaria.

¿Me expando o me reprimo cuando estoy en pareja? ¿Crezco con mi entorno o me limito? ¿Estoy con las personas porque quiero estar con ellas o porque lo veo como una obligación?

Mientras luchamos porque todo encaje perfectamente, a veces perdemos la verdadera coherencia, la que se encuentra en la conexión con nuestro ser interior, más allá de nuestro «personaje» y nuestra historia personal.

Este proceso nos desafía a descubrir nuestra auténtica coherencia interna y a liberarnos de las narrativas limitantes que nos hemos contado a nosotros mismos. Nos invita a fluir con la vida, no como actores en un escenario, sino como seres conectados con nuestra esencia más profunda.

 

 

Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de Youtube:

En este podcast Enric Corbera expone la importancia de soltar el control para cultivar una actitud abierta y curiosa hacia el mundo. ¿Te decides a  confiar en tí mismo y dar un salto al vacío?

 

¿Vives con coherencia emocional? En este video Enric Corbera nos explica la raíz de nuestros comportamientos y cómo solemos actuar de manera automática y desconectada de nuestras propias emociones.

 

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Diplomado en Bioneuroemoción®

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