Nuestras emociones inciden en la salud y el bienestar. El amor, a nivel químico es responsable de la producción y liberación de un mayor número de endorfinas, que tienen una función antidepresiva, y ayudan a que la persona se sienta feliz y pueda disfrutar de su vida.
Gracias al amor se reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, ya que incrementa también la producción de dopamina, oxitocina y norepirefrina, que están relacionadas con la sensación de placer.
Produce una mejoría en el funcionamiento del sistema inmunológico, lo que resulta en un aumento de nuestras defensas frente a las enfermedades.
También reduce la liberación de cortisol, que es la hormona que se produce como respuesta al estrés, y disminuye los efectos negativos del estrés crónico en nuestro organismo, regulando la tensión arterial.
Otra de las sustancias que libera nuestro organismo gracias al amor es la melatonina, que mejora la autoestima y la vitalidad de la persona. Aumenta también nuestra autoestima.
Al amar o sentirnos amados, podemos encontrar sentido en nuestra vida, y nos ayuda a sentirnos seguros, importantes, y valiosos, lo que es imprescindible para la autoestima y la salud psicológica en general. En definitiva, encontrar el amor también tiene beneficios psicológicos.
En cuanto a los aspectos estéticos, que inciden en nuestra vida social, el amor aumenta los niveles de estrógeno, haciendo que mejore nuestra piel, el cabello y las uñas, por lo que nos vemos y nos ven más jóvenes.
Según el doctor Jordi Domingo, el psiquiatra biologista conductual clásico: “La felicidades es dar lo que tenemos”.
“No hay mayor acto de amor que mostrar al mundo nuestro auténtico ser”.
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