El origen del universo es la mente

23 noviembre 2016

A lo largo de la historia, la ciencia ha visto cómo ideas previamente rechazadas, como las de el origen de la vida o el orden del universo acababan por formar parte de su amplio repertorio. ¿Qué nuevos paradigmas están surgiendo hoy en día?

En la ciencia la aceptación de nuevas ideas sigue pasos bien definidos: primero,los reticentes proclaman que el nuevo planteamiento vulnera las leyes de la ciencia, esta nueva idea suele ser perseguida o ridiculizada; segundo, las posibles evidencias que se presentan se califican de frágiles o insuficientes; en tercer lugar, la nueva idea propuesta se revela como real y con repercusiones más importantes de las imaginadas en principio; y, en la cuarta y última etapa, sólo unos pocos recuerdan que fue puesta en duda.

El Dr. Richard Conn Henry es profesor del Departamento de Física de la Johns Hopkins University de Baltimore donde imparte clases de física y astronomía. Ha sido Director Adjunto de la División de Astrofísica de la NASA y es Director del Maryland Space Grant Consortium cuya misión es, bajo el auspicio de la NASA, el desarrollo de proyectos de investigación, educación y servicio público en colaboración con universidades y otras instituciones académicas.

Entre sus numerosos artículos destacamos “The mental Universe”  publicado en 2005 en la revista Nature. El texto empieza recordando el logro de Galileo Galilei al conseguir que la ciencia pudiera “creer lo increíble”. Nos dice que “el descubrimiento de la mecánica cuántica en 1925 resolvió el problema de la naturaleza del universo” y, de esta forma, otra vez la ciencia se encontró frente al reto de creer lo increíble. Sin embargo, “la más reciente revolución de la física de los últimos 80 años no ha transformado el conocimiento general del público de manera similar”.

Henry señala que “han existido varios intentos serios de conservar un mundo material, pero no han producido una nueva física y sólo sirven para preservar una ilusión”.

Es decir, a pesar de lo que ya se sabe, se sigue afirmando que el observador es uno y hay que ver las cosas a través de su filtro. Y hace una clara analogía con el cuento de Andersen “El traje nuevo del emperador” cuyo principal mensaje es poner en duda lo que todos consideran verdad incontestable.

En la misma línea de pensamiento, el Dr. James Hopwood Jeans, físico, astrónomo y matemático británico que en 1930 dijo: “El caudal de conocimiento se dirige hacia una realidad no-mecánica; el universo comienza a parecerse más a un gran pensamiento que a una gran máquina. La mente ya no es un intruso accidental en el reino de la materia…más bien deberíamos recibirla como la creadora y regente del mundo de la materia”.

El Dr. Henry nos recuerda que hace ya muchos años que la mecánica cuántica nos ha revelado nuestra verdadera naturaleza. Asume que “los físicos evitan la verdad porque la verdad es ajena a la física cotidiana” e insiste en que “el mundo es mecánico-cuántico y debemos aprender a percibirlo como tal”. Además “una ventaja de corregir la percepción de la humanidad sobre el mundo es la alegría resultante de descubrir la naturaleza mental” y al aceptar que “no existe nada sino las observaciones” la física se convierte en algo muy simple. Nos anima a “hacer un galileo” y termina con esta contundente afirmación: “el universo es inmaterial, mental y espiritual. Vive y disfruta”.

En Bioneuroemoción® sugerimos que, en base a este nuevo paradigma, el observador influye en su realidad. Sabemos que el inconsciente no puede ver a otro, sólo se ve a sí mismo.

Y en ese “vernos” constantemente podemos descifrar la información que resuena en nuestra vida. Todo lo que nos rodea es información para conocernos. La toma de conciencia, que es el objetivo principal de una sesión en Bioneuroemoción®, es un cambio de percepción sobre una situación que se vive como conflictiva. Y ese cambio de percepción genera otra realidad más adecuada para la persona.

De no existir el observador, ¿qué sentido tendría toda la magnificencia de nuestro  universo? El universo existe porque previamente hay una Consciencia que quiere ver, observar, su creación. Sin Consciencia no hay conciencia: sin observador no hay nada para lo que tenga sentido existir. La mera observación manifiesta lo observado, ambos están intrínsecamente unidos. Son un Todo, son Uno.


“El estudio del universo es un viaje para auto descubrirnos.”

Carl Sagan.

 

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