Cómo distinguir en mí lo que me inspira compasión en el otro

08 marzo 2024

La compasión se suele asociar con sentir lástima o pena ante el sufrimiento de alguien. Sin embargo, tiene más que ver con la manera de percibirnos a nosotros mismos que a los demás.

En este artículo veremos sus claves, qué simboliza en nuestro mundo interno y los beneficios que nos aporta tanto a nivel mental cómo físico. 

 

Qué es la compasión 

La compasión se define como:Sentimiento de pena, de ternura y de identificación ante los males de alguien.” Así, ser compasivos se arraiga en nuestra capacidad emocional y la conexión intrínseca con nuestro entorno.

Según Naciones Unidas, “la compasión por los demás comienza con la capacidad de entenderse y aceptarse a uno mismo para evitar la autocrítica y tratarnos más amablemente.”

Sentir compasión no sólo nos ayuda a conocernos a un nivel más profundo, sino que, además, tiene consecuencias positivas para nuestra salud y bienestar.

 

“Cultivar la generosidad y la compasión contribuyen a nuestra salud mental.” 

Dalai Lama

 

Ser compasivos beneficia nuestra salud física y mental

Steve Cole, de la Universidad de California, y Barbara Fredrickson, de la Universidad de Carolina del Norte, evaluaron los niveles de inflamación celular en personas que se describen a sí mismas como “muy felices”.

Su conclusión fue que aquellas que se percibían “felices” por vivir una vida de comodidades y lujos mostraban altos niveles de inflamación. En cambio, las personas que sentían que su vida tenía un sentido trascendental mostraron niveles bajos. Es decir, una vida cuyo propósito va más allá de la propia satisfacción y se enfoca también en los demás, con compasión, afecto y empatía, favorece su salud.

Dicho estudio demuestra, además, que la conexión social generada por la compasión favorece a los genes relacionados con la función inmune. Así, reduce la ansiedad y la depresión y ayuda a recuperarse más rápido de la enfermedad. 

 

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Las claves de la verdadera compasión

La compasión no es algo que imponga sacrificio o que se deba desarrollar para ganar la aprobación de alguien

Es ver el dolor de alguien porque reconozco sus debilidades, virtudes y fortalezas, las cuales son también las mías. Porque no puedo reconocer en otro lo que no tengo ya en mí mismo/a.

 

Sufro en mí lo que compadezco en otros

Nuestra forma de percibir las circunstancias y a los demás es una interpretación subjetiva creada por nuestra mente. Esta dinámica inconsciente condicionará nuestra conducta hasta que seamos capaces de identificarla y modificarla conscientemente. 

Por ejemplo, en la mujer desvalida en la calle puedo ver a mi madre a la que siempre tenía que socorrer de pequeña. Pero no tengo compasión del borracho porque evoco a mi abuelo que descuidó a su familia por su alcoholismo.

Cuando entendemos la enseñanza que cada experiencia nos aporta, no sólo veremos la situación con compasión, sino que podremos sentirla hacia nuestra propia historia. La compasión por lo tanto, nace de nuestro Ser y se basa en la conexión que nos une a todos, libre de juicios e interpretaciones. 

 

 

Ejemplo: la comprensión de mi mundo interno 

La dificultad que veo en el otro tal vez sea un trampolín para su propio desarrollo, pero primero debo de verlo y aceptarlo en mí. Desde ahí podré ser su ejemplo y motivación.

Si, por ejemplo, ayudo a mi hijo/a en las tareas porque sus dificultades me inspiran lástima, puedo preguntarme qué me está reflejando. Quizás, en mi infancia sentí desprotección o excesiva sobreprotección de mi madre y ello me limitaba a la hora de estudiar. 

Al verme reflejado/a podré comprender qué me está mostrando la situación de mí y transformar mis bloqueos -y, en consecuencia, los suyos-. Así, podré apoyarlo con una mirada limpia y compasiva. 

 

¿Puede haber una falsa compasión?

En ocasiones, detrás de nuestra forma de comportarnos buscamos un beneficio secundario que esconde nuestra verdadera motivación. 

Puedo expresar “falsa” empatía por los desvalidos cuando en el fondo lo que estoy buscando es reconocimiento público. O tiendo a “sacrificarme” excesivamente en solucionar los problemas de los demás para no enfrentar los míos. 

Si no somos conscientes de la intención más profunda con la que actuamos, no sólo no estaremos sintiendo compasión, sino que estaremos siendo deshonestos con los demás e incoherentes con nosotros mismos

Nuestra naturaleza es la de dar amor sin necesidad de aprobación ni esperar nada a cambio. Y éste es un signo de equilibrio emocional.

 

“Dicen que la compasión es un síntoma de madurez emocional; no es una obligación moral ni un sentimiento que nazca de la reflexión.”

María Dueñas

 

El rol del victimismo: un obstáculo para el crecimiento 

Al percibir a alguien como víctima le estamos quitando su poder. A su vez, nos convertimos en jueces de lo que está bien y está mal. 

Vemos su dolor sin darnos cuenta de que, detrás de él, le espera un aprendizaje. Y una lección para nosotros también.

Puesto que lo que percibimos en los demás habla de uno mismo cabe preguntarnos: ¿En qué situaciones me percibo cómo víctima? ¿A quién culpabilizo de mis problemas

La verdadera compasión surgirá cuando detrás del dolor no veamos sufrimiento sino una oportunidad de crecimiento.

 

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La recompensa es el amor

Cuando estamos dispuestos a cuestionar y soltar nuestras percepciones y creencias, obtenemos beneficios que van más allá de lo que nuestra mente pueda razonar.

Para ampliar nuestra conciencia y seguir evolucionando, debemos limpiar nuestra mirada de prejuicios, responsabilizarnos y tomar decisiones cada vez más conscientes. 

En este proceso, reconocemos la humanidad compartida con todos los seres. Y podremos cultivar una compasión genuina que trasciende los límites del ego y nos conecta con la esencia misma de la vida.

 

 

Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de Youtube:

 

En esta conferencia, Enric Corbera explica a través de casos prácticos, la importancia de darle un nuevo sentido a nuestro estrés a través de la Conciencia de Unidad y la inversión de pensamiento.

 

En este vídeo, Enric Corbera habla de la importancia de integrar los opuestos, nuestras luces y sombras, para llegar a un estado de compasión y paz interior.

 

 

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