¿Quieres prosperar en tu trabajo? Asume el desafío de ser siempre tu mejor versión

¿Qué te impide prosperar económicamente, obtener el ascenso que esperas en el trabajo o conseguir más clientes?

El crecimiento laboral, al igual que todo avance en la vida, implica moverse de la zona de confort a la de la incertidumbre, donde desconocemos lo que nos depara la vida. Y no siempre estamos en disposición de dar este salto. No es que no queramos hacerlo sino que, de manera inconsciente, nos limitamos.

Te invitamos a explorar estas cuestiones, a descubrir la actitud que favorece tu desarrollo y cómo puedes cultivarla para experimentar prosperidad en tu vida laboral.

Usamos las circunstancias como excusa para no ser felices

Es sano tener ambiciones y querer realizar nuestros sueños. Aunque no nos demos cuenta, la vida nos impulsa a crecer y a que desarrollemos nuestros dones y virtudes. El problema surge cuando no nos reconocemos valiosos y capaces, o si consideramos que nuestra felicidad depende de factores externos.

Cuando creemos que solo estaremos satisfechos si sucede “x acontecimiento” estamos sentenciándonos a frustrarnos, e incluso sufrir, si no ocurre como lo planeamos. ¿Dónde estás poniendo tu felicidad? ¿A quién o qué usas como excusa para no ser feliz?

“La felicidad no depende de lo que tienes o de lo que haces, sino de cómo percibes y aceptas la realidad.”

Anthony de Mello

 

Pareciera que siempre estamos en busca de algo para sentirnos plenos, pero ¿qué buscamos realmente? ¿Y qué sucede para que esta necesidad la volquemos en diferentes ámbitos de nuestra vida?

¿Acaso no has notado que quieres experimentar a nivel profesional lo mismo que en tu vida personal y familiar?

Por ejemplo, ¿a quien no le gusta sentirse reconocido, valorado y respetado, tanto en la familia como en el trabajo?

Es sabido que en cada familia existen roles y que cada integrante ocupa un lugar y tiene unas funciones, pues lo mismo sucede en el trabajo. No importa si trabajas en una empresa o si eres emprendedor, ocupas cierto lugar y no siempre lo eliges conscientemente.

La prosperidad es sinónimo de crecimiento

Si esto es así tendré que preguntarme ¿Me reconozco como alguien próspero? En el trabajo o en mi profesión, ¿siento que estoy creciendo o que estoy estancado?

El crecimiento implica ir de un lugar a otro. Hay un lugar conocido, la zona de confort y otro desconocido, la zona de la incertidumbre donde no sabemos lo que nos depara la vida. Todo crecimiento implica movimiento, un fin y un comienzo, pero no siempre estamos dispuestos a dar ese salto de fe.

Es en ese punto cuando es crucial para nuestra felicidad que podamos discernir qué camino seguir: ¿Escucho y doy más valor a mi voz interior? ¿o existe alguien que sutilmente me dice qué es lo mejor para mi? ¿Papá, mamá, pareja, amigos?

“Son nuestras decisiones las que muestran lo que realmente somos, mucho más que nuestras habilidades.”

J. K. Rowling

 

Cuando no realizamos nuestro propio viaje en la vida y hacemos lo que los demás esperan de nosotros en lugar de elegir y vivir nuestras experiencias, nos agotamos. Y habitualmente, perdemos la motivación.

Sacrificarnos para que otros no sufran no es amor

Si, aun cuando hacemos lo que nos gusta vemos que no prosperamos, podríamos indagar si es que inconscientemente tememos que nuestro crecimiento signifique diferenciarnos de la familia. Y eso puede implicar alejarnos de ella de algún modo.

Quizás, por ejemplo, mantenemos juicios hacia alguna persona de la familia que sí se permitió ser diferente y fue calificado de egoísta porque descuidó su función como padre, madre o como pareja. Pero creer que si yo renuncio a mi crecimiento puedo evitar que alguien sufra no tiene sentido; en ese caso seremos dos los infelices.

Tomar decisiones sobre mi vida genera movimiento y habrá a quien le guste y a quien no. Sin embargo, aquel al que juzguemos como un “enemigo”, en realidad, es nuestro mejor aliado porque él nos muestra una parte de nosotros que todavía tiene miedo. Y es la confirmación de que ese es el camino a seguir.

Se necesitan más personas que amen lo que hacen

¿Te has encontrado alguna vez haciendo tu trabajo de mala gana? ¿Realmente pones el corazón en aquello que estás haciendo?

En la vida siempre encontraremos cosas que nos gusten más y otras menos. Pero lo interesante de esto es que tomemos conciencia de que nuestra actitud determina cómo nos comportamos y los resultados que obtenemos.

¿Qué compromiso tienes contigo mismo/a ahora? ¿Estás comprometido/a con la tarea o el servicio que realizas, o lo haces porque crees que no sirves para otra cosa?

Quizás algunas personas creen que no están dando lo mejor de ellas mismas porque no reciben lo que esperan. Pero, si no reconocemos lo valiosos que somos ¿por qué los demás lo harían?

Si no inviertes en tu desarrollo y crecimiento ¿por qué otros lo harían o deberían creer que eres una excelente inversión?

Cada acción, intención, pensamiento y actitud que tenemos tiene un impacto en nuestra vida. Tomar conciencia de ello es fundamental para reconocer que somos los únicos responsables de nuestro bienestar.

La clave es poner el corazón en lo que hacemos

¿Qué pasará cuando nos reconozcamos como los generadores de nuestra dicha y también de nuestra desdicha? Sin duda, tomaremos otras decisiones. Comencemos, entonces, siendo aquello que esperamos de los demás y reconociendo lo abundantes que ya somos.

“Si con todo lo que tienes no eres feliz, con todo lo que te falta tampoco lo serás.”

Erich Fromm

Cuando tomamos conciencia de aquello que inconscientemente frenaba nuestro crecimiento personal y condicionaba nuestras reacciones, somos libres de volver a elegir quién queremos ser a cada instante. Si cambiamos nuestra percepción recuperamos nuestra libertad emocional.

En consecuencia, podemos decidir que allí donde estemos daremos lo mejor de nosotros mismos. Independientemente del contexto, dónde y con quién estemos, nos guste más o menos. Al poner amor en nuestras actividades diarias podemos descubrir belleza en nuestra rutina y sentir gratitud por nuestra experiencia.

Cuando damos lo mejor de nosotros mismos en lo que estamos haciendo transformamos lo ordinario en algo precioso y único. Somos nosotros los que transformamos el carbón en diamante. Nadie más.

Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de Youtube:

En este podcast verás ejemplos de cómo es posible aprovechar las crisis y desarrollar tu potencial. ¿Reconoces qué dones tienes?

En este video David Corbera habla sobre cómo nuestro estado emocional influye en nuestro desarrollo profesional. Observa qué actitud impide tu crecimiento en tu trabajo.

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