Estamos conectados a un todo: las redes invisibles del aprendizaje colectivo

23 noviembre 2024

Más allá de los límites de nuestro cuerpo, existe una conexión entre nosotros y lo que nos rodea. Estamos vinculados en una unidad con el todo, en la que cada aprendizaje individual influye en los demás seres humanos.

¿Cómo impacta esta realidad en nuestra evolución personal y en nuestras relaciones?

 

Todo está relacionado con todos y el todo

Nunca estuvimos separados. Desde la antigüedad se ha contemplado la idea de que estamos todos, de alguna forma, conectados por una especie de matriz, como sugirió Max Planck cuando recibió el premio Nobel de Física en 1944. 

Las más diversas filosofías y civilizaciones consideran que un campo de inteligencia universal sustenta toda la materia y al mundo que percibimos como real.

 

Estamos conectados con el universo

Según el principio holográfico, no puede haber separación entre ninguna de las manifestaciones del universo, ya que son expresiones de la misma información. Estudiar cada parte del universo como si no tuvieran relación entre sí, nos impide comprender la realidad en su totalidad. 

Desde el punto de vista científico, la física cuántica podría ser el soporte de todas las demás ciencias, puesto que explica la cohesión de este «Todo» aparentemente separado en partes inconexas.

 

somos un todo personas

 

Todas las mentes están unidas

En su libro Una nueva ciencia de la vida,  el investigador bioquímico británico Rupert Sheldrake propone una de las hipótesis más revolucionarias de la biología contemporánea: la resonancia mórfica. Esta teoría sugiere que las formas, comportamientos y hábitos de los organismos de una misma especie están unidos e influenciados por un tipo de memoria colectiva que trasciende el tiempo y el espacio.

De este modo, si un individuo de una misma especie aprende una nueva habilidad, les será más fácil aprenderla a todos los individuos de dicha especie. Y cuantos más individuos la aprendan, tanto más fácil y rápido les resultará al resto. 

Cuando se alcanza la masa crítica de aprendizajes en el campo, entonces se convierten en habilidades innatas de la especie.

Esto lo podemos observar en la facilidad para el manejo de teléfonos y computadoras de los más jóvenes. “Nacen sabiendo”, suele ser el comentario de los abuelos, quienes experimentan más dificultades con los mismos elementos.

 

“Cada especie animal, vegetal o mineral posee una memoria colectiva a la que contribuyen todos los miembros de la especie y a la cual conforman.”

Rupert Sheldrake

 

El papel del inconsciente colectivo

La idea de campo mórfico de Rupert Sheldrake es similar al concepto de inconsciente colectivo desarrollado por el psicólogo Carl Gustav Jung. 

Lo definió como algo que constituye y estructura la experiencia humana más allá de las circunstancias personales de cada individuo. Explica los sueños y los símbolos similares que se observan entre sujetos que viven en diferentes tiempos y culturas. 

Por ejemplo, la mayoría de las cosmogonías (narraciones míticas o modelos sobre el origen y la evolución del universo)​​ son muy similares unas a otras desde tiempos ancestrales. Esta similitud procedería, precisamente, del inconsciente colectivo que todos compartimos.

 

 

Todo queda registrado en el todo

En su libro Trascender los niveles de consciencia, el psiquiatra y maestro espiritual David R. Hawkins explica: 

El campo intemporal de la Consciencia es permanente y, por lo tanto, registra todo lo que ha ocurrido dentro del tiempo/espacio/evolución. […] este campo infinito es omnipresente, omnipotente, omnisciente, y solo puede ser identificado como el absoluto, […] 

Todo en el universo, incluyendo un pensamiento pasajero, queda registrado para siempre en el campo intemporal de la Consciencia, que está igualmente presente por doquier. Y todo lo que ha ocurrido, bien físicamente o en el pensamiento, está igualmente disponible, porque el campo está más allá del espacio y del tiempo.

 

La evolución de la conciencia y los arquetipos

Según Sheldrake, los campos morfogenéticos guardan una memoria que pasa de generación en generación y acumula la experiencia humana. Es lo que Jung llamó “arquetipos”. 

Cada uno de los seres humanos nos desarrollamos en una cultura, una familia y un contexto determinado. En este sistema nos nutrimos de la información que necesitamos para sobrevivir y, a su vez, aportamos nuevas experiencias a partir de los aprendizajes propios.

Esta interacción estimula la evolución de este campo común y eleva el nivel de conciencia de los seres humanos. Varios autores renombrados, como Máximo Sandín, Bruce H. Lipton y David R. Hawkins, resaltan la importancia de una evolución basada en la colaboración y la reciprocidad.

 

Cómo aprovechar esta información para nuestra transformación

Desde la Bioneuroemoción asumimos que todo está interrelacionado en una conciencia de unidad. Abordamos a las personas como un todo, cada uno formamos parte de un sistema que va más allá de nuestra propia persona física. 

En tal sentido, para entender los comportamientos e incluso las modificaciones orgánicas, es imprescindible tener en cuenta las relaciones que establecemos con nuestro entorno. Estas conexiones van generando herencias emocionales que se transmiten y se transforman de generación en generación.

 

Sanar las herencias emocionales desde la conexión con el todo

Las herencias emocionales son patrones y creencias transmitidos de generación en generación que influyen en nuestras emociones y comportamientos actuales. Estos legados familiares pueden condicionarnos sin que seamos conscientes de ello. 

Por ejemplo, una familia que ha experimentado pérdidas económicas puede transmitir una sensación de escasez que afecta la forma en que sus descendientes manejan el dinero.

La conciencia de unidad nos invita a reconocer que no estamos separados de nuestro entorno ni de nuestra historia familiar. Siempre estamos colaborando en la evolución de nuestro sistema.

Al comprender que somos parte de un todo, podemos identificar y transformar esas herencias emocionales que nos limitan. Al hacerlo, no solo sanamos nuestras propias heridas, sino que también liberamos a las futuras generaciones de repetir los mismos patrones

Este enfoque nos permite vivir de manera más consciente y en armonía con nosotros mismos y con los demás.

 

 

Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de YouTube:

 

Vivir desde una conciencia dual, en la que nos sentimos separados, nos impide reconocer la influencia que tenemos en lo que nos sucede. Enric Corbera recuerda la importancia de reconocer la conciencia de unidad para convertirnos en la solución que solemos buscar en el exterior.

 

En este vídeo, Enric Corbera explica qué es la conciencia de unidad y comparte las claves fundamentales para poder implementarla en nuestro día a día.

 


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Diplomado en Bioneuroemoción®

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