Raíces y alas: el equilibrio entre la lealtad y la autonomía en la familia

20 abril 2024

La familia es nuestro sistema de origen, nuestro primer grupo de pertenencia ¿Qué sucede cuando comenzamos a ser más independientes y cuestionamos algunas creencias familiares para vivir más a nuestra manera? 

Abrir nuestras alas puede doler si lo vivimos con culpa. ¿Sentimos que somos desleales o lo hacemos con la tranquilidad de estar ejerciendo nuestra libertad?

 

La energía de la familia

El grupo familiar funciona como un sistema en el que cada miembro se comporta según reglas que le aportan identidad, unidad y estabilidad. Podemos hacerlo conscientemente o sin darnos cuenta.

Según cómo sus vínculos y valores influyen en nuestra vida, podemos distinguir dos tipos de familias: la centrípeta y la centrífuga. En cualquier caso, si sus dinámicas llegan a extremos, podrían considerarse familias disfuncionales.

 

El impacto del ambiente familiar

La familia centrípeta prioriza la unidad familiar por encima de la individualidad de cada integrante, por lo que no suele fomentar su autonomía. Esto puede provocar malestar y conflictos. 

En tanto, la familia centrífuga representa un movimiento hacia el exterior: se caracteriza por cierta falta de estructura y menos comunicación emocional. Alguno de sus miembros puede sentirse no querido o incluso expulsado. 

La creencia de que diferenciarnos puede generar un desorden perjudicial nos impide comprender que estamos actuando tanto a nuestro favor como el del propio sistema familiar.

 

¿Te animas a desafiar la estructura de tu clan?

Habitualmente creemos que nuestra libertad individual va en contra de la estabilidad familiar. Y las familias disfuncionales se esfuerzan por mantener el status quo en lugar de apoyarnos

¿Por qué esta resistencia? Porque implica cambios que pueden desestabilizar la estructura.

Dentro del sistema existen roles establecidos, como el del proveedor económico o el cuidado de padres y hermanos/as. Cuando uno de nosotros cambia, crea un movimiento que requiere una reestructuración de este ecosistema. 

Y eso puede ser desafiante para todos. ¿Qué estás dispuesto a hacer tú?

 


 

Cómo saber si nuestra familia es disfuncional

El uso desmesurado del término «nosotros» por parte de una familia puede indicar excesos del sistema.

Murray Bowen, uno de los pioneros en la terapia sistémica familiar, observó que las familias con más enfermedades mentales y síntomas emocionales mostraban menos diferenciación entre sus miembros.

La falta de singularidad dentro de ella muestra una necesidad exagerada de mantener la cercanía entre sus integrantes. Sus relaciones suelen basarse más en el deber que en el cariño genuino. 

 

Algunos efectos de la restricción familiar

Cuando bloqueamos nuestros deseos personales podríamos revisar si estamos priorizando las necesidades de la familia por sobre las nuestras propias. 

Por otra parte, cuando en una familia no se respeta la individualidad de cada miembro es posible que papá o mamá busquen su propia realización a través de su hijo/a.

Esto se puede notar en que definen su identidad únicamente por su rol de madre o padre. Y así, en lugar de fomentar la autonomía de su hijo/a, intentan dirigirle la vida.

 

“El vínculo que te une a tu verdadera familia no es el de la sangre, sino el del respeto y la alegría que tú sientes por las vidas de ellos y ellos por la tuya.” 

 Richard Bach

 

Un falso dilema: fidelidad vs diferenciación

La lealtad es un valor fundamental para la cohesión familiar porque asegura nuestra supervivencia y nos vincula a un grupo social.

Ahora bien, las lealtades familiares plantean una disyuntiva: ¿nos fortalecen y potencian o nos limitan

Nos puede resultar muy difícil liberarnos del peso de las obligaciones familiares cuando estas superan nuestros propios deseos individuales.

Hacer un camino diferente es positivo tanto para nosotros como para nuestro entorno. Sin embargo, debido a lo incómodo que nos hace sentir y a la persistente creencia de que estamos haciendo algo incorrecto, podemos creer que estamos yendo en contra de nuestra familia.


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Reconocer y dar lugar a nuestra propia pulsión

Diferenciarnos implica reconocer y expresar todo nuestro mundo emocional y ser auténticos, tanto con nuestros familiares como con los demás. Significa, también, aceptarnos a nosotros y a los otros tal como somos.

Es esencial que cada uno tenga su propia voz y no se dé por sentado que cada opinión es compartida por todos. Hablar en nombre de otro, incluso de la propia familia, puede implicar avasallar el fuero íntimo de otra persona y generar conflictos.

 

Ir tras lo que nos emociona

A medida que crecemos, experimentamos impulsos emocionales que nos incentivan a explorar el mundo. Buscamos experiencias en diferentes ámbitos de la vida, como relaciones, trabajos, viajes, etc. 

Este estímulo nos empuja a ir más allá de lo que ocurre en nuestro círculo familiar. Así, se van ampliando nuestros horizontes mentales y nuestra percepción de la vida.

Al inicio de este proceso es natural que surjan temores que puedan frenarnos. Pero el riesgo es quedarnos atrapados en la seguridad de lo conocido.

Por lo tanto, si bien es valioso contar con el respaldo de nuestra familia, no es imprescindible para permitirnos la libertad de experimentar la vida que deseamos.

 

 

La armonía entre el impulso familiar y el individual

La idea de sentirnos constantemente felices dentro la familia es utópica. Incentivar la libertad y el apoyo entre cada miembro y una comunicación abierta, permitirá que cada uno desarrolle su individualidad.

Observar nuestra familia y sus dinámicas, el posicionamiento de cada miembro (sobre todo el nuestro), nos dará pistas sobre cuáles son los excesos o las carencias que experimentamos. 

Si observamos que nuestra familia no se transforma, no intentemos cambiarla. Tal vez generemos violencia y, además, estaremos repitiendo el patrón que tanto le criticamos. 

Nuestra única responsabilidad es cambiarnos a nosotros mismos. 

Darle lugar a nuestra autonomía emocional conlleva momentos de estrés y enfrentarnos al miedo. Eso no es fácil de transitar, pero será esencial mantener nuestra coherencia interna y avanzar en la búsqueda de nuestra identidad.

La mejor manera de honrar a nuestra familia es agradeciendo sus raíces como base desde la cual desplegamos las alas para recorrer nuestro propio camino.

 

 

Si quieres seguir profundizando sobre este tema, puedes acceder a este material en nuestro canal de Spotify y de Youtube:

 

En este podcast, Enric Corbera ofrece algunas claves para identificar e integrar aspectos de la sombra familiar. Conocer ese lado oscuro es una revelación que nos aporta la comprensión necesaria para superar las dificultades y desarrollar nuestras capacidades.

 

En este vídeo, David Corbera explica cómo podemos identificar y trascender la información familiar que nos limita, para poder decidir quiénes queremos ser. 

 

 

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Diplomado en Bioneuroemoción®

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