Cómo aprender a pensar mejor: desarrolla el pensamiento crítico para decisiones conscientes en tu día a día

18 noviembre 2025

¿Crees que se puede aprender a pensar? Es que pensar críticamente no es solo analizar, dudar o refutar. Es atrevernos a mirar más allá de lo que sucede, a cuestionar nuestras propias certezas y a reconocer que nuestra percepción está teñida por lo que sentimos hoy y por lo que vivimos antes.

A menudo creemos que “pensar bien” es sinónimo de tener razón, cuando en realidad se trata de comprender desde dónde pensamos. Desarrollar el pensamiento crítico implica salir del automatismo emocional y observar las creencias que guían nuestras decisiones.

Y, cuando esa observación se amplía hasta incluir al otro como parte de mí, surge la Conciencia de Unidad: una forma de pensar que trasciende la idea de separación, comprendiendo que todo lo que percibo habla de mí.

Es aprender a pensar desde la conciencia, donde la razón y la emoción ya no se excluyen, sino que colaboran para conducirnos hacia decisiones más libres y coherentes.

 

Pensar críticamente: comprender en lugar de juzgar

El pensamiento crítico no debería reducirse a una habilidad intelectual. En su sentido más profundo, es una disposición interna a ver con honestidad, a mirar sin miedo lo que pensamos y sentimos, antes de reaccionar.

Por ejemplo, puede sentirte ofendido por un comentario en el trabajo y pasas horas justificando tu malestar. En lugar de preguntarte “¿por qué me hablaron así?”, podrías preguntarte “¿por qué me afecta tanto esto?” Esa pregunta abre una comprensión más profunda y te saca del juicio hacia el otro.

 

Pensar críticamente sería preguntarnos:

—¿Por qué creo lo que creo?

—¿Qué parte de mí necesita tener razón?

—¿Desde qué emoción estoy interpretando esta situación?

Cuando empezamos a hacernos este tipo de preguntas, dejamos de “ser pensados” por nuestras creencias y comenzamos a pensar conscientemente.

 

«No es tanto lo que pensamos, sino desde dónde lo pensamos, lo que determina la calidad de nuestra visión.»

Carl Jung

 

La autocrítica como camino hacia la comprensión

Ser críticos no es juzgarnos negativamente, sino asumir la responsabilidad de observar nuestras propias distorsiones.

La Bioneuroemoción propone esta mirada como punto de partida para cualquier transformación: reconocer que el origen de lo que vivimos no está en el afuera, sino en cómo lo interpretamos.

Por ejemplo, si siempre termino en relaciones donde siento que no me valoran, el pensamiento crítico me invita a observar qué creencia interna sostiene ese patrón. Tal vez sigo buscando reconocimiento externo porque no me reconozco a mí mismo/a.

Cuando analizamos un conflicto sin observar la emoción que lo sostiene, solo repetimos mentalmente la misma historia. En cambio, cuando lo hacemos desde una mente abierta y compasiva, ampliamos el pensamiento crítico hacia un plano más inclusivo: uno que no busca culpables, sino comprensión y coherencia interna.

 

 

Decidir con lucidez: reconocer los condicionamientos invisibles

Cada decisión que tomamos es el resultado de una red de experiencias, memorias y emociones. Muchas veces creemos estar eligiendo libremente, cuando en realidad estamos repitiendo patrones aprendidos.

Por ejemplo, puedes cambiar de trabajo pensando que buscas nuevos desafíos, cuando en realidad estás huyendo del miedo a no ser suficiente. Desde la Bioneuroemoción, ese cambio no sería una decisión libre, sino condicionada por una emoción inconsciente.

La lucidez comienza cuando reconocemos esa falta de libertad. Aprender a pensar implica detectar qué parte de nosotros está decidiendo: la que reacciona o la que comprende.

 

Darnos cuenta de quién decide en nosotros

Si actuamos desde la herida o el miedo, nuestras decisiones tenderán a protegernos, no a liberarnos. Pensar críticamente significa distinguir si estoy decidiendo desde mi necesidad o desde mi comprensión.

Por ejemplo, antes de terminar una relación, puedo preguntarme si quiero irme porque ya no siento afinidad o porque temo sufrir rechazo. En ese instante, dejo de reaccionar y empiezo a decidir. El cambio no está en lo que hago, sino en desde dónde lo hago.

Y esta distinción solo puede hacerse cuando, en lugar de identificarme con mi pensamiento, lo contemplo. Desde ese espacio, cada decisión se convierte en una oportunidad para ver quién creo ser y qué estoy dispuesto a soltar.

 

 

La Conciencia de Unidad: el pensamiento que integra

Desde la mirada de la Bioneuroemoción, la experiencia del otro, del conflicto o de la situación, no es algo externo, sino una proyección de nuestra propia percepción. Es una forma de pensar en la que ya no hay “yo” y “otro”, sino una única conciencia que se observa a sí misma.

Pensar, entonces, desde la Conciencia de Unidad, es reconocer que nada de lo que percibo me es ajeno. Que el otro, el conflicto o la circunstancia no están ahí para enfrentarse a mí, sino para mostrarme una parte de mi propia mente.

Cuando comprendemos esto, el pensamiento crítico se transforma: deja de ser un ejercicio de análisis para convertirse en una forma de inclusión de todo lo que rechazo o creo ajeno.

Por ejemplo, si una persona me resulta insoportable, puedo usar ese malestar para observar qué rasgo suyo refleja algo que no acepto en mí. Así, el conflicto se convierte en un espejo que me ayuda a integrar lo que antes separaba. Entonces, las decisiones que tome respecto a esa relación serán más conscientes y menos reactivas.

 

De la separación a la comprensión

El pensamiento basado en la separación busca tener razón; el pensamiento basado en la unidad busca comprender e integrar. Cuando miro al otro desde la unidad, dejo de verlo como enemigo o amenaza.

Esta mirada no debilita el pensamiento crítico: lo eleva.

Si crees que tu jefe tiene conductas abusivas, puedes quedarte atrapado en la queja o usar ese malestar para preguntarte qué representa esa figura de autoridad para ti: tal vez reconozcas un patrón de temor aprendido en tu infancia por un padre rígido o cruel. Esa comprensión no justifica la situación, pero te permitirá decidir desde otro lugar: con libertad interior, no desde la herida.

En ese instante, la mente crítica y la conciencia se fusionan: pienso con claridad porque ya no me defiendo, decido con libertad porque ya no necesito quejarme o tener razón.

 

Pensamiento crítico y Conciencia de Unidad en la toma de decisiones

Aprender a pensar desde la Conciencia de Unidad significa discernir sin excluir, elegir sin oponerme a lo que es. No siempre será tomar la decisión más cómoda, pero sí la más coherente.

Por ejemplo, puedo sentir el impulso de terminar una relación o dejar un trabajo. Si lo hago desde la rabia, probablemente repetiré el conflicto en otro lugar. Pero si comprendo qué me muestra esa situación sobre mí, puedo decidir desde la calma, no desde la reacción.

Es poder decir “no” sin culpa, o “sí” sin necesidad de justificarme, porque la elección ya no nace del ego, sino de la conciencia.

 

 

Ejercitar una mente unificada

Podemos entrenar esta forma de pensar con una práctica sencilla:

Antes de decidir, detente un momento. Respira. Observa qué emoción hay detrás de tu impulso. Pregúntate:

—¿Qué parte de mí se siente amenazada o carente?

—¿Qué comprendería si viera esta situación como una oportunidad para integrar, no para oponerme?

—¿Para qué quiero realmente el resultado de esta decisión?

—¿Qué beneficio inconsciente obtengo si no tomo la decisión que sé que debo tomar?

—¿Qué podría aprender si me permitiera elegir distinto a como lo haría mi miedo?

Esa pausa, aparentemente insignificante, abre un espacio de conciencia que cambia por completo la calidad de nuestras decisiones. Es el primer paso para aprender a pensar con lucidez emocional.

 

«La mente que se abre a una nueva idea jamás vuelve a su tamaño original»

Albert Einstein

 

Integrar lucidez y compasión: el equilibrio del pensamiento consciente

El pensamiento crítico sin conciencia puede volverse rígido; la conciencia sin pensamiento crítico puede volverse ingenua. Cuando ambas se integran, aparece una mente lúcida, compasiva y responsable.

Pensar desde la Conciencia de Unidad no significa renunciar al discernimiento, sino utilizarlo con valentía, honrando el compromiso con mi coherencia interna.

Cada vez que observamos en lugar de reaccionar, que comprendemos en lugar de prejuzgar, estamos aplicando la forma más elevada de pensamiento crítico.

 

Un modo de pensar que transforma la vida

No se trata de pensar “mejor”, sino de pensar desde otro lugar. Uno donde la razón y la emoción ya no se excluyen, donde cada pensamiento se convierte en una oportunidad para elegir conscientemente quién quiero ser.

Cuando desarrollamos el pensamiento crítico desde la Conciencia de Unidad, tomar decisiones deja de ser un dilema: nos permite ser más libres y coherentes. Y cuando eso ocurre, la vida deja de ser un campo de batalla y se convierte en un espacio de comprensión.

 

 

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Enric Corbera nos invita a observar y observarnos sin juicio, entendiendo que la clave para transformarnos está en nuestra percepción. ¿Eres consciente del contenido de tu mente?

 

Experimentamos resistencia al cambio porque nuestra forma de actuar y pensar está arraigada en creencias y patrones de personalidad que se han formado a lo largo de nuestra vida. ¿Qué estrategias utilizas para superar la resistencia al cambio en tu vida?

 

 

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Diplomado en Bioneuroemoción®

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